Los Sacrificios Del A.T. y Su Significado, Ángel Negro
Los sacrificios del Antiguo Testamento son figuras muy gráficas, una de las tantas cosas que nos muestra, es que Dios quiere ser el centro de nuestro diario vivir.
El libro de Levítico, en los primeros capítulos (1-7), nosdescribe los cuatro sacrificios cruentos que debían
celebrarse en Israel.
I) El primero de los sacrificios era el de holocausto,
todo quemado. Este sacrificio se celebraba todos los
días, mañana y tarde a favor de todo el pueblo de
Israel.
Era el sacrificio de consagración de la Nación a Dios.
Era el más importante de los sacrificios, se lo
consideraba como el sacrificio perfecto porque era
consumido en su totalidad en el altar. Nadie comía
nada de él.
El humo subía como grato olor a Jehová. No
significa que a Dios le gusta el olor a grasa quemada.
Lo grato para Dios era la entrega continua de su
pueblo.
Dios aceptaba con agrado este sacrificio, su pueblo
quería seguir siendo su pueblo. Se volvía a consagrar
a Él, todos los días, mañana y tarde.
II) El segundo en importancia era el sacrificio por el
pecado. Cuando alguien pecaba traía su ofrenda a
Dios, le imponía las manos y le transfería la culpa al
inocente cordero. Se sacrificaba el animal y se
derramaba la sangre inocente para perdón de los
pecados.
En el Antiguo Pacto, también obtenían el perdón de
los pecados por gracia, por la sangre derramada de
un inocente y no solo por el cumplimiento de la ley.
Era un sacrificio en fe mirando al futuro, mirando la
cruz.
Una gran parte se quemaba como ofrenda a Dios,
pero una parte la comía el sacerdote. El sacerdote
era el mediador, él comía del sacrificio por el pecado.
Como si comiera o llevase los pecados de la gente.
Era figura de Cristo cargando con nuestros pecados.
Cristo fue ofrenda y sacerdote a la vez.
En el sacrificio por el pecado, Jesucristo es el centro
de la gracia Divina para perdón de los pecados.
III) El tercer sacrificio era por la culpa. Era igual que el
sacrificio por el pecado, solo que en este caso había
que hacer restitución. Había que arreglar el pasado.
Restituir y enmendar. La fe nos lleva a creer que hay
una fuente, que hay un lugar donde recibir el perdón
de los pecados gratuitamente. El arrepentimiento
nos lleva a cambiar de actitud y arreglar toda
situación. El sacrificio por la culpa nos lleva a vivir
en luz y tener limpia conciencia. Todo lo que se
pueda arreglar de nuestro pasado hay que hacerlo,
para que en cuanto dependa de nosotros estar en paz
con todos.
IV) El cuarto era el sacrificio de paz. Era un sacrificio de
gratitud. Si había llegado el hijo tan esperado, si le
había ido bien en un viaje, si había tenido una buena
cosecha, si se había restablecido su salud y cosas
similares, presentaba un sacrificio. La pregunta que
uno se hace es ¿por qué derramamiento de sangre en
el sacrificio de paz? Sencillamente porque nuestras
ofrendas son imperfectas, necesitamos entrar al
Padre con el crucificado. “Ninguno se presentará
delante de mí con las manos vacías”. Ex. 23.15. Lo
único que podemos llevar de valor es el Cordero que
derramó su sangre para ser aceptos delante del
Padre. Hasta lo bueno nuestro necesita ser
purificado con la sangre de Cristo.
Pero el significado mayor de este sacrificio era la
comunión gozosa de Dios con sus hijos.
En este sacrificio el oferente también comía junto
con sus invitados. El sacrificio era de Dios, no del
hombre. El que invitaba a comer una parte del
sacrificio era Dios. Cuando se colocaba la ofrenda en
el altar, pasaba a ser de Él. En la cena del Señor el
que invita a comer el Cordero es Dios, el que pagó el
Cordero es Él, no nosotros. Nosotros comemos
gratis, la reunión es del Señor, Él nos invita, Él nos
canta BIENVENIDOS. Es la fiesta de comunión
entre Él y su pueblo.
V) Había un quinto sacrificio que no era cruento, no
había sangre de animal. Era el sacrificio de
OBLACIÓN, también llamado ofrenda de alimento.
Oblación significa en hebreo: ACERCAMIENTO;
todos los que se acercaban a Dios debían traer un
presente. Consistía en productos de la tierra,
representaba el fruto de las labores del hombre y de la mujer. Incluía flor de harina, pan ácimo (sin
levadura), fritos y espigas tostadas. Significaba la
consagración de los frutos de su trabajo a Dios. La
persona reconocía que Dios le había provisto el pan
cotidiano y ofrecía lo mejor de su trabajo.
Cuando presentaban estos panes y tortas los rociaban
con aceite, el Espíritu Santo debe estar presente tanto
en nuestras labores como en nuestra consagración a
Dios. Se ofrecía incienso con la oblación,
representaba la oración, la adoración y la alabanza.
Toda entrega al Señor debe ser una adoración al
Padre. Eran ofrendas sin levadura, lo que causa
fermentación. Pablo dice: “sin levadura de malicia y
maldad, sino en sinceridad y verdad”. 1 Co. 5.8. VL.
Toda entrega al Señor debe ser genuina, no para
sacar ventajas, Él se encarga de bendecirnos como
crea conveniente.
He. 13:15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio
de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que
confiesan su nombre.
Pr. Ángel Natalio Negro