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La Segunda Venida De Cristo, Marcos Moraes

03/12/2017

La Segunda Venida De Cristo, Marcos Moraes

He aquí un extenso tratado sobre distintos aspectos de la evolución de los tiempos de la historia pasada y la historia futura, hasta el final de todo lo creado, desarrollado por Marcos en un retiro para jóvenes celebrado en Mendoza, Argentina en el mes de Enero de 2017. El trabajo aquí presentado ha requerido la traducción al español y su transcripción, trabajo que fue realizado por jóvenes que asisitieron al retiro. El trabajo de edición ha sido realizado por Ana Leegstra. Agradecemos a todos los que han colaborado para poder presentar este material tan poco frecuente y ponerlo al alcance del cuerpo de Cristo en el mundo entero. Marcos Moraes, Mendoza, Argentina, Enero 2017-

LA PRIMERA  LLEGADA DEL MESIAS

Traducción y Trascripción; Iván Zamorano

Necesito comenzar pidiendo perdón a algunos de ustedes, porque yo estuve hablando de este tema en 2015, en Baradero, y con mucho entusiasmo. Fue la mejor vez y la última, porque algunas cosas tenemos que cambiar. Es poquito. El cuadro es el mismo, pero hay un detalle importante que, cuando sea posible, buscaremos aclarar. Yo me equivoqué, y voy a seguir cometiendo errores (es inevitable, soy humano), pero no de la misma forma. Tengo que confesar que, de lo que enseñaba, teniendo a Lucas 21 como el centro del mensaje de Jesús, yo tenía el 1% de duda, y 99% de certeza. Hoy veo que tenía esa duda ya hace 25 años; hubiese sido mejor prestarle atención, e investigar.

Lo que voy a traer no es fruto de algún trabajo aislado mío. Confieso que, por primera vez también, estoy seguro de haber escudriñado las Escrituras en cuanto a este tema. Antes tenía escuelas que me enseñaban algo; después vino otra escuela. Pero Dios puso una carga muy grande en mi corazón, de buscar entendimiento. Y lo primero que hice (tres años atrás) fue buscar a compañeros que estaban leyendo mucho las Escrituras sobre el fin, hermanos y pastores de Brasil que el Espíritu Santo los llamaba a estudiar. Hay uno de ellos, por ejemplo, que hasta el año antepasado había leído doscientas veces el libro de Apocalipsis. Entonces dije: “Yo necesito a esta gente”. Me impresionó la sencillez con la que un pastor en Salvador, llamado Benito, estaba hablando del tema. Comenzamos a juntarnos. Cada vez que teníamos un retiro de pastores, me reunía con ellos y pasábamos la noche hablando. Después vimos necesario encontrarnos solamente para eso; algunos fueron de otras ciudades a Salvador para estar juntos. Pasamos un fin de semana entero estudiando, y vimos que el tema es largo, pero accesible. No es una confusión interminable, es accesible.

Nosotros no creemos tener todas las respuestas; quizás no tenemos aún ni el 30%  de las respuestas que necesitamos. Pero una cosa hicimos: fuimos a la Palabra. Después de pasar un fin de semana hablando del tema, estábamos impresionados de cómo Dios traía un poco a cada uno, e iba ensamblando todo de una forma maravillosa. Luego acordamos tener otro encuentro de una semana entera. Lamentablemente fue cuando Mario estuvo de viaje, y no pudo estar. Pero después estuvimos otra semana entera, con una regla: “Acá no entran libros: tenemos las rodillas, la Biblia y la comunión.” Y fue una semana maravillosa.

Entonces, lo que estoy hablando hoy es el resultado de hasta donde llegamos. Estoy asumiendo un riesgo al venir aquí a hablar este tema en seis noches, porque tuvimos en Salvador muchos tipos de reuniones diferentes, y la serie de encuentros en la que pudimos realmente entrar a fondo, sábado tras sábado, conformaron un total de unas  30 o 40 horas, de a 4 o 5 horas por sábado. Yo podría extraer todo lo que sea útil para un resumen. Pienso que sería buenísimo el sentir en mi corazón si abrimos el apetito para hablar del tema, y entendemos que tiene claridad, tiene explicación, si nos animamos a estudiar. Hoy es un equipo muy grande. Yo les dije: “Nosotros llegamos hasta acá, y los desafío a encontrar todos los errores que tenemos”. Y siempre vienen algunos con anotaciones. Hay mucha ayuda. De manera que después de que terminemos, cualquiera de ustedes que quiera entrar en este equipo, que va a estudiar lo que decimos -no que tiene una idea de alguna teología. ¡No! Hay que estudiar lo que estamos hablando para poder cooperar, incluso para mostrar los errores- puede hacerlo. No sé qué piensan ustedes, pero yo quiero estar muy libre para seguir, o para decir: “Estas tres noches, quizás el Señor tiene otra cosa por medio de otros.” Tenemos que estar abiertos.

Más que la Segunda Venida del Señor, el tema en la Escritura aparece como la venida del Mesías. Hay un Mesías que ya vino, y va a volver. Nosotros vamos a leer lo que la Biblia dice sobre él. Hay tres religiones en el mundo hoy que esperan al Mesías: Los judíos, desde siempre lo están esperando. Moisés y los profetas hablan de Él. Cuando Jesús se encuentra con los discípulos de Emaús, ellos, tristes y casi corrigiéndolo, le dicen: “-¿Tú eres el único que no sabe lo que sucedió?” Entonces Él, con mucha paciencia, pero también con la debida firmeza, les dice:  “-¡Oh necios y tardos de corazón para entender lo que dicen los profetas!” Y comienza recordando todo lo que se había profetizado sobre él. Pero cuando les dice que eran duros de corazón, les pregunta: “¿Por qué no entendieron que el Mesías debía sufrir?” Veamos Lucas 24:

“Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera…?” (Vs.25-26)

Esta es la cuestión: Los judíos no recibieron a Jesús porque no podían imaginar un Mesías de esa manera. Vamos a hablar mucho de cuál era la expectativa que tenían. El gran problema es que el Mesías no era como ellos pensaban, no entró en la élite. Jesús no era de su círculo, por eso no lo recibieron, no pudieron entender un Mesías que fuera pobre, que naciera en una ciudad pequeña, y todo ese tipo de cosas. Nosotros, los cristianos, creemos que el Mesías es Jesús, que ya vino y pronto volverá. Pero también los musulmanes esperan un Mesías. Lo más impresionante es lo que dice el Corán sobre las características de ese mesías: son exactamente las mismas que la Biblia da para el Anticristo; lo que encontramos en la Biblia sobre el Anticristo, está descripto en el Corán como el mesías. Es un dato que yo creo en cierta manera importante.

Tendríamos que salir de aquí con algunas preguntas contestadas, por ejemplo: *¿Cómo y cuándo se cumplen las profecías del A.T. sobre el Mesías?

*¿Cuál será la condición de Israel en relación a la segunda venida del Mesías? Porque el Mesías que ellos esperan es nuestro Jesús. Me gustaría que salgan de acá con alguna respuesta. Otra pregunta, la más importante:

*¿Cuáles son las condiciones para participar del reinado del Mesías futuro? Estoy hablando del reinado futuro. El reino en la Biblia aparece como una cosa presente, que ya está hoy, pero también con una dimensión futura. ¿Cuál es el requisito para participar de ese reino futuro? Ya les señalé en la introducción la importancia del sermón de Jesús en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21.

¿Qué vamos a hacer hoy y mañana? No vamos a entrar en Mateo 24. Porque es mucho más fácil entenderlo si leemos lo que está antes. Una de las claves principales para comprender las Escrituras es el contexto. Regla 1: Contexto. Regla 2: Contexto. Regla 3: ¡Contexto!

Hoy vamos a leer los caps. 21 a 23. Pero buscando entender la situación en la que estaba Jesús, qué sucedía en ese momento. Y mañana vamos a tratar de comprender qué surgió allí en relación al futuro. El futuro, aún hoy para nosotros. Recién en la tercera reunión vamos a entrar en el cap. 24.

Entonces comenzamos con Mateo 21. No vemos solamente las profecías en Mateo 24. Jesús da dos profecías antes, y tenemos que entenderlas en el contexto. Vamos a leer Mateo 21:1-13:

Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos…

(El monte de los Olivos está al lado de la ciudad de Jerusalén, y Jesús muchas veces estuvo enseñando a sus discípulos allí).

“…diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos. Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:

Decid a la hija de Sion:

He aquí, tu Rey viene a ti,

Manso, y sentado sobre una asna,

Sobre un pollino, hijo de animal de carga.

Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó; y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste? Y la gente decía: Éste es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.

Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.”

 

Oración: Señor, ¡danos gracia para seguir! Amén.

Aquí comenzamos buscando entender qué pasaba en ese tiempo. Yo no tengo noticia de ningún pueblo, en ninguna parte, que haya sufrido como sufrió Israel a lo largo de los siglos. Este pueblo estuvo esperando al Mesías que le fue prometido, pero en medio de ese tiempo de espera, muchas veces desobedecían a Dios. No conozco ningún pueblo más sufrido que Israel. Menciono rápido: Israel fue atacada, como ciudad, 52 veces en la historia; sitiada 23 veces, y totalmente destruida, 2 veces. ¿Hay algo semejante en la historia humana? Fueron esclavos en Egipto durante cuatros siglos y un poquito más; también esclavizados por Asiria, y por Persia; fueron llevados cautivos a Babilonia; luego sufrieron con el Imperio Griego.

Hay una anécdota muy interesante, y pienso que tuvo que ver con un tiempo de arrepentimiento después del regreso de Babilonia. Alejandro Magno venía invadiendo y conquistando hasta India, y cuando llegó a Palestina, salió a recibirlo el sumo sacerdote. Alejandro bajó de su caballo y se arrodilló delante de él. El mismo sumo sacerdote no entendía (lo cuenta Flavio Josefo), y los soldados le preguntaron: “-¿Por qué hiciste eso?-”  Él respondió: “-Yo no me arrodillé delante de él, sino delante del Dios que él representa. Porque anoche tuve un sueño con ese hombre, y supe que era un representante de Dios.” En esa conquista, Jerusalén no cayó. Cayó bajo el Imperio Griego, mucho después, cuando se dividió el imperio, cuando estaba Ptolomeo en Egipto, los Seléucidas al norte, y un tal Antíoco Epifanes, que hizo barbaridades en Israel. Más recientemente fueron aniquilados en Inglaterra, en 1290; en Francia, en 1316 y 1394. Fueron masacrados en España en 1391 y finalmente expulsados en 1492. Luego, otra masacre en Lisboa, Portugal, en 1516. ¿Por qué este pueblo sufrió tanto? Porque ningún pueblo, de las naciones terrenales, recibió las bendiciones que Israel había recibido. Poco a poco nos vamos dando cuenta de que cuanto más Dios nos da, más somos responsables delante de Él. Santiago dijo: “No os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación”.

Veamos Lucas 12: 47-48

“Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.”

Esto explica un poco por qué Israel es un pueblo tan sufrido. En el siglo pasado fueron asesinados 6 millones en Alemania, en la Segunda Guerra Mundial.

Hermanos, este es el cuadro, y será en función de él lo que comprendamos. Esta gente sufrida, que esperaba, y espera al Mesías, estaba allí. Solamente recién volveremos ahora a Mateo 21:9:

Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”

Yo pensaba que hosanna es casi un sinónimo de ¡Aleluya! o ¡Bendito sea! Pero hosanna es un clamor que significa ¡Libéranos! ¡Sálvanos! No es una expresión de alabanza.

En el pasaje paralelo de Marcos 11:10 dice:

¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!”

¿De dónde sacaron eso? ¡De las promesas de que el Mesías sería un descendiente de David!  La multitud allí estaba convencida de que Jesús era el Mesías esperado. Es lo que nos muestra este texto, estaban exaltados: “¡Finalmente terminó nuestro sufrimiento!”, pensaban. Además, en Juan 12:13 dice:

“… ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!

Ya están llamando a Jesús el Rey de Israel. Juan también explica que la multitud se entera de que recién Jesús había resucitado a Lázaro, y eso los estaba poniendo eufóricos. Este es el cuadro: una nación esperando al Mesías, y la gente convencida de que Jesús era ese Mesías. Por eso lo alababan.

Ahora vamos a ir a Lucas, porque entre este hecho y la entrada de Jesús a Jerusalén sucede algo más, que Mateo no registra, pero Lucas sí. Les pido que dejen marcado Mateo 21, porque vamos a volver. Vamos a Lucas 19. El relato es el mismo: La entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Lucas recibió testimonios de este hecho:

Lucas 19:41-42

Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tú (Jerusalén) conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.(Esto pasó antes de entrar, cerca de la ciudad).

Jesús se  lamenta porque él era el Mesías de ese pueblo, y ellos no lo recibieron. Jesús está llorando, lamentando. Y dice algo interesante: “Ellos no saben lo que es para su paz”. En nuestra traducción (portugués) dice una palabra un poquito más fuerte: “Si conocieras por ti misma aun hoy”. Jesús está diciendo “ustedes no saben hoy”. No dice: “nunca van a saber”, sino “¡Cómo me gustaría que supieran hoy lo que es necesario para que tengan paz!”. Nosotros sabemos: la paz en esta Tierra no hubiera sido alcanzada sin la muerte del Hijo de Dios. Era necesario, y los judíos no lo comprendían. Ellos imaginaban un Mesías que bajaría, tomaría un arma e iría al frente. Y por supuesto, que sería amigo de ellos, andaría con ellos, sería como ellos. No entendían que era necesario que el Mesías padeciera.

Oración: Jesús, queremos darte gracias, porque en medio de mucha tribulación tenemos paz. Y conocemos, Señor, el precio de esta paz. Por eso nos rendimos una vez más.

De allí en adelante, todo comienza a ser diferente y extraño. Vamos a ver un Jesús diferente; me imagino que hasta los propios discípulos estaban muy asustados. Dicen los historiadores que la puerta -que hoy está cerrada- que había en Jerusalén para quien venía del monte de los Olivos, tenía el lugar de los soldados a la derecha, y el templo a la izquierda. Muy posiblemente en la entrada de Jesús la gente se sorprendió, porque esperaban que el Mesías terminaría con Roma, terminaría con el ejército romano, los aniquilaría. Así era el Mesías que ellos esperaban. Lo más lógico hubiera sido que entrando a Jerusalén fuera a la guardia de los romanos, los soldados. Pero entró a la izquierda, no fue a los enemigos. Pido que observen cómo la escena ahora es diferente a todo. Desde aquí en adelante todo es conflicto. Vamos a ver a un Jesús diferente, agresivo. Entra al templo violentamente. Uno de los evangelios dice que tomó un látigo. Al día siguiente, más sorpresas. Lo vamos a encontrar en Mateo 21:18-19

Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto.”  

Que yo me acuerde, este es el único milagro destructivo. Jesús no hizo crecer la higuera sino que la secó. ¿Qué está pasando acá? Vamos a entrar en este contexto. ¡Imagínate los discípulos cuando vieron esto! “Ayer se peleó con la gente en el templo, ahora secó la higuera. ¿Qué está pasando?” ¿Por qué mató a la higuera? Porque no tenía fruto.

Ahora no vamos a leer todo, pero yo puedo decirles resumidamente: hubo cinco discusiones con Jesús: cuatro de ellas provocadas por los escribas, fariseos y saduceos. Y se ve este clima tenso; los fariseos están cuestionando, él está contestando, y todo el clima es denso. La primera vez, en Mateo 21:14-17, porque no callaba a los muchachos que le alababan; después los sacerdotes y ancianos le cuestionaron sobre su autoridad; luego los fariseos le cuestionaron sobre el tributo a Cesar; los saduceos le cuestionaron sobre la resurrección. Todo está en este texto, que pedí que leyeran. y por fin hubo una sola discusión comenzada por Jesús. Vamos a leerla en Mateo 22:41:

“Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó, diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David. Él les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo:

Dijo el Señor a mi Señor:

Siéntate a mi derecha,

Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?”

 

Ahora es Jesús quien está preguntando. Cuando los sacerdotes, fariseos, o saduceos iniciaban la charla, siempre venían tramando para encontrar algún error en Jesús. Pero esta pregunta no es con la misma intención. Jesús no busca armar una trampa a los judíos. Él hace la pregunta más importante para ese momento, y tiene que ver con lo que ellos no entendían: que él era el Mesías. La pregunta de Jesús es:

Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?”  (v.45)

Jesús no estaba haciendo una prueba a los fariseos para ver si conocían la Biblia. No, Él tenía una intención especifica. Esta es la pregunta que importaba, y era imprescindible hacerla. El Mesías había llegado, y su pueblo no lo recibía. Esta es la realidad. Jesús usa aquí el Salmo 110: 1 para hacerles la pregunta. El Salmo 110 es el más citado en el Nuevo Testamento, el que más aparece. Lo vemos, por ejemplo, en la primera predicación de Pedro (Hechos 2); cuando Esteban fue apedreado; Pablo lo cita en tres cartas, a los Efesios, Colosenses, y Romanos. También lo cita el autor de Hebreos. ¿Por qué? Porque el tema es si el Mesías vino o no vino, si Jesús es o no el Mesías, o tenemos que esperar a otro, como preguntó Juan el Bautista. Esa era la razón del conflicto. Por eso fue la única pregunta que Jesús formuló usando este Salmo. Ellos esperaban un Mesías que diera victoria a Israel, que fuera un dominador, y estaban escandalizados porque Jesús era totalmente diferente.

El versículo 46 dice:

“Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.”

Jesús, con una sola pregunta, terminó con toda la potencia que ellos tenían.

Ahora estamos en el final del capítulo 22, pero vamos a regresar. En el capítulo 21:28 comienzan las parábolas, y buscaremos prestarles atención.

Hasta ahora estuvimos viendo el clima, la discusión, el espíritu tan diferente en el que estaba el mismo Jesús, pero ahora vamos a ver qué enseñanza trajo Él en ese momento. Relata tres parábolas. Pero antes leamos Mateo 21:45: “Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos”. Entonces, ¿cuál era el tema de las parábolas? Era Israel y todo su sistema religioso. La primera es la de los dos hijos. ¿Cuál es el tema? Uno dice que irá, y después no va; el otro dice que no irá, y después va. ¿De qué está hablando Jesús? Me recuerda cuando Israel recibe los mandamientos y dice: “Todo lo que Jehová diga, lo vamos a cumplir”. Pero la historia no fue así.

Jesús comienza a revelar algo de suma importancia que estaba sucediendo en ese momento. Miren el vers.43: “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.”

Aquí podemos leer Romanos 10:20-21:

E Isaías dice resueltamente:

Fui hallado de los que no me buscaban;

Me manifesté a los que no preguntaban por mí.

Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.”

 

Esta es la razón por la cual Jesús dice: “Voy a quitar el reino de ustedes y se lo voy a dar a otro pueblo; este pueblo me va a dar el fruto que ustedes no están produciendo”.

Pero la cosa empeora un poco con la parábola de los labradores malvados: El dueño de una tierra, padre de familia, planta una viña y la arrienda a terceros. Cuando llega la hora de recibir el fruto, envía a los siervos, a quienes maltratan y apedrean. Luego manda a otros siervos, y pasa lo mismo. Al final dice: “Voy a mandar a mi hijo: a él lo van a respetar.” Pero ellos dijeron: “Ahora matemos también al hijo, y seremos dueños de la herencia”.

Entonces tenemos el ambiente, tenemos la razón por la cual va a haber un gran cambio, y tenemos parábolas de Jesús aplicadas a ellos.

Repito esto porque hay otras parábolas después de Mateo 24. Hay un grupo de parábolas antes del capítulo 24, que son más para los judíos, aunque ya revela la llegada de la Iglesia. Habla de un hijo que no quería hacer la voluntad del Padre pero al final la haría, hablando de los gentiles. Terminemos Mateo 21:40- 41: Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.” O sea, este cambio no vino por un capricho de Dios. Si la Iglesia ya estaba proyectada antes de la fundación del mundo, el corazón y la sabiduría de Dios ya sabían de toda la rebeldía de Israel. Este es un momento importante, y me gustaría que fuera importante para ustedes. Porque después de que lo comencé a leer, se hizo muy importante para mí. Dios siempre insistió con Israel: “Todo el día extendí mi mano a un pueblo rebelde y contradictor”.

Terminamos esta parte mirando el capítulo 23. La tercera parábola, sobre las bodas, mañana la veremos con más atención. Porque dice mucho sobre Israel, pero también sobre nosotros, la Iglesia. Para darnos cuenta de algunas cosas importantes que están sucediendo aquí. Porque después de dar parábolas fuertes y decir que el reino les sería quitado, Jesús les da reprensiones de las más duras que se pueden imaginar. Delante de todos comienza a decir: “¡Ay de vosotros, ay de vosotros, ay de vosotros!”.

Leamos:

Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.” (vs.1-2)

 

Son como el hijo que dice: “Voy a hacerlo”, pero al final no lo hace. Y comienza a dar  más detalles. ¿Qué encuentra Cristo en ellos, que los deja tan descontentos a él y al Padre? ¡Estaban tan descontentos! ¿Los acusa de estar por la noche usando cocaína y bailando en las fiestas?  El reproche tan profundo del Señor no viene por pecados escandalosos. Veamos de qué los acusa (vers. 4): “Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar.”

1°) “Atan sobre los hombres cargas pesadas y difíciles”. Me hace acordar a Juan diciendo: “Sus mandamientos no son gravosos”. Y a Jesús diciendo: “Si quieren seguirme, tomen mi yugo, porque mi yugo es fácil y mi carga ligera”. Lo que viene de Cristo, viene con el poder de Cristo. Lo que viene de Cristo, viene con el mismo espíritu de Cristo, y no es una carga pesada para nadie.

2°) Pero Jesús los acusa, no solamente por poner cargas pesadas: “y las ponen sobre los hombros de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas”. ¿De qué está hablando? Ellos no practicaban lo que predicaban, solamente eso. Y estaban descalificados.

Somos conocedores de la voluntad de Dios, pero no de la misma manera. Cada vez vamos conociendo más de ella. Y somos hechos por el Señor responsables por aquello que conocemos. ¿Cuál era el gran pecado de los fariseos? Jesús los llama muchas veces hipócritas. A estos del vers. 4 podríamos llamarlos incoherentes. Pero Jesús es más fuerte aún al hablar de hipocresía.

Oración: “Padre, sabemos que dentro de nosotros, en nuestra carne hay siempre un fariseo, un saduceo, queriendo de alguna forma pedir cuentas. Líbranos, libra a cada uno de nosotros, libra a cada uno de estos pequeños.”

3°) La siguiente acusación de Jesús tampoco tenía nada que ver con bailes, cocaína, o con pecados escandalosos. Era algo que no sé si a nosotros nos escandalizaría. Vers. 5: “Antes hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres”. Buscaban reconocimiento.

Cada cosa que  Jesús decía, probaba que ellos no estaban fructificando.

Seguimos en el vers. 5: “pues ensanchan sus filacterias y extienden los flecos de sus mantos”. Yo no sé qué sería, pero queda muy claro que estaban muy preocupados por la apariencia externa, por su imagen. Daniel me dice que cada filacteria era un libro que memorizaban. Era como exhibir sus medallas.

¿Qué más? Ya vimos hipocresía, incoherencia, búsqueda de reconocimiento, honra, honor. Vers. 6: “Y aman los primeros asientos en las cenas y las primeras sillas en las sinagogas y las salutaciones en las plazas”. Amaban estas cosas. “Y que los hombres lo llamen: Rabí, Rabí”, que era una forma de dar un título. ¿Por qué entre nosotros no decimos “pastor Víctor”, “pastor Daniel Divano”. Imagínate diciendo: “El pastor Daniel Divano ahora va a hablar”. No tenemos esta costumbre porque no se pone la función antes del nombre, lo que se pone delante del nombre es un título. Si tienes un vecino odontólogo que se llama Cleber, le vas a decir Doctor Clever; él tiene un título, pero nunca lo vas a llamar Odontólogo Clever. Podemos poner delante del nombre un título, pero nosotros no tenemos título, tenemos funciones: pastor, profeta, lo que sea, no son títulos, son funciones. Pablo afirmaba que era apóstol, y le decían: “¿Qué estás diciendo Pablo? ¡Te estás agrandando!” “No, soy la basura de todos”, asi lo veía. Pero los fariseos no tenían ese corazón.

Miren cuantos “¡Ay!” aparecen aquí. Vers. 13: “Ay de vosotros”. La misma expresión aparece en los vers. 14, 15 y 16: “Ay de vosotros”. Está  lamentando por la realidad de sus vidas en el futuro. También en los vers. 23, 25, 27 y 29. ¡Qué profundo desagrado tenía el Señor, qué profundo descontento! Pero hermanos, es importante entender que lo que Jesús encuentra en ellos son problemas de corazón, de motivación. Y por eso les reprocha, por eso manifiesta su descontento.

Decía que cuidaban de los detalles, pero se olvidaban de lo que realmente importa. ¿Qué es lo que importa? Justicia, misericordia y fe. Veamos el vers. 23: “…se olvidan de lo más importante, que es hacer justicia y tener misericordia y fe.” ¿Qué es lo que le interesa a Dios? “¿Qué es lo que te pide Jehová?” pregunta el profeta Miqueas, “que practiques la justicia, que seas justo, que andes en misericordia y que andes humildemente con Dios.” (Miq. 6:8)

Por su comportamiento, los fariseos fueron calificados por Jesús como ciegos e hipócritas; y aunque engañaban al pueblo, a Dios no lo engañaban. Estaban descalificados para el Reino.

Mañana, queridos, vamos a hablar sobre lo que nos califica para el Reino. Los fariseos estaban descalificados. La lista de pecados no era para escandalizar a la sociedad o la generación de hoy, pero estaban descalificados. Estaban condenados al infierno. Jesús les pregunta en el vers. 33: “¿Cómo escaparéis del infierno?” Y peor aún, hacían descalificar a quienes los seguían. “…porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.” (v. 15) ¡Qué locura!

Oración: “Señor, es tiempo de entender y vivir tu mensaje de forma completa. Pero necesitamos socorro, necesitamos mucho más de Ti, de la fe. Estamos con la actitud tuya cuando te hiciste hombre y te humillaste. Necesitamos que tu corazón tome nuestra vida totalmente. Que estos días aquí, junto a hermanos que son como nosotros, con las mismas luchas, en humildad delante de tu presencia, tu Espíritu haga lo que falta, lo que tiene que completar en nuestra vida para no caer en el conflicto que tu Hijo tuvo con la religión. Danos realidad concreta.”

Concluyendo, los últimos días de Jesús fueron de total conflicto con el sistema religioso, una lucha entre la sabiduría de Dios y la religión. Sepamos que la primera cosa que inventó el hombre fue la religión. Caín inventó su religión, pero Dios no se agradó de su ofrenda ni de él. Dios dijo: “No me agrado de tu ofrenda ni de ti, porque tu ofrenda nació en tu corazón, no en el mío. Tú eres el rey de esta ofrenda; no me gusta”. Allí nace la religión: la forma humana, estereotipada, externa, de buscar el reino de Dios. Por eso Jesús choca. Confronta con toda esa cuestión: ¿Puede el hombre inventar? ¿Puede Dios actuar y después el hombre entrar con lo suyo? Como fue con Israel, y como sucede tantas veces en la historia de la Iglesia, Dios pone su Espíritu, su Palabra, hace una revolución; pero después el hombre tiene algo bueno para agregar, y allí comienza la religión.

Está latente en el texto, lo hablaremos mañana, el tema de pertenecer al Reino, de ser parte del Reino. Está también sucediendo un cambio: el Reino es quitado de unos y dado a otros. El motivo es falta de fruto. Voy a repetir: un final tenso, lleno de conflictos; una lucha entre la sabiduría de Dios y la religiosidad humana; está latente el tema de pertenecer o no al Reino de Dios; Jesús está hablando de una extraña y sorprendente transferencia: el Reino va a ser quitado de Israel y dado a otro pueblo, y la causa es la falta de fruto.

Mañana comenzaremos a contestar otras preguntas, y ya tendremos el pie un poco más en lo que se llama escatología. Encontraremos: ¿Qué hará Dios de allí en adelante con el pueblo de Israel? ¿Qué va a demandar del nuevo pueblo que está recibiendo el Reino?

Oración: “Padre Santo, gracias por estos chicos y chicas que están aquí, porque Tú les has llamado a tu Reino y ellos han respondido. Te damos gracias Señor, por aquellos que ya están perseverando hace muchos años. Tú sabes que esperamos en Ti; no tenemos ninguna esperanza en nosotros: esperamos en Ti, que Tú mismo puedas producir algo que nos ayude a seguir en este Camino. ¡Gracias por tu amor! Te alabo por el amor que tienes a los chicos que están acá. Tú eres bueno. Permítenos hablar en estos días de tu paciencia, de tu longanimidad. Estamos apegados a ella, la necesitamos todos los días. Gracias, Señor. Tú eres bueno. Amén.”


 

EL FRUTO QUE CRISTO DESEA RECOGER EN SU REGRESO.

Traducción y Transcripción: Debi Espínola

 

Yo ahora estoy con muchas notas: las que tenía en mi Biblia en portugués, las que tengo en el resumen que hice para poder transmitirles acá, y las que comencé a colocar en la nueva Biblia en español que me regalaron. Espero no confundirme con tantas notas por todos lados.

Queridos, antes de cualquier pregunta quería comentar dos o tres cosas. Uno de ustedes mencionó que ayer dije, que usábamos solo la Biblia, las rodillas y la comunión. Quiero ser honesto, y aclarar que después de que el cuadro estuvo bastante armado y con gran certeza de lo que el Señor nos estaba revelando, ahí sí, nos permitimos mirar algunos libros.

El hermano Watchmann Nee estaba comenzando a ser muy famoso en Brasil hace tiempo, y todos en la iglesia leían sus libros. Mi discipulador me dijo: “Tú no lo vas a leer, lo vas a resumir capitulo por capitulo”. Así me enseñaban a estudiar los libros, no solo la Biblia.

Cuando llegó Iván a mi casa, yo estaba leyendo uno de sus libros. Cuando no estaba con Iván, estaba con el libro. Un día él me preguntó si estaba aprendiendo mucho al leerlo, pero yo no supe qué contestar, porque la verdad era que no. Entonces me contó que cuando su papá murió, le había heredado una gran biblioteca, y preguntó a Dios qué hacer con todo eso. Dios le puso en el corazón cerrar la puerta con llave y perderla. Inmediatamente entendí que Dios me estaba hablando, y dejé de leer libros, totalmente. Lo único que hice con ellos en treinta años fue elegir de cuáles me iba a deshacer cada año. Así mi biblioteca fue disminuyendo, y durante esos años no leí más que cuatro o cinco libros, con la certeza de que habían sido indicados por el Señor. Esto me hizo muy bien, porque muchos libros confunden, sobre todo al principio de la fe, cuando no tenemos tanto conocimiento para discernir y filtrar lo bueno de lo no tan bueno.

Algunos se asustan porque me ven ahora leyendo algunos libros. Pero son cuatro o cinco nada más, que estoy leyendo al mismo tiempo, siempre con ese mismo sentir, de que Dios me mandó leerlos. No digo que ahora hay que leer todos los libros que existen, no me malinterpreten.

Consulté con los hermanos  de Argentina qué les parece David Pawson, un hermano de Inglaterra cuya enseñanza me impresionó muchísimo. No encontré nada de lo que él enseña que me hiciera cambiar algo de lo que aprendimos con Iván durante cuarenta años, nada. Al contrario, encontré confirmación y una forma diferente de decir muchas de las mismas cosas. Por ejemplo, él dice que el Sermón del Monte encierra la historia central, y esto es lo mismo que aprendimos con Iván muchos años atrás.

Yo antes no entendía por qué, en sus últimos años, Iván insistía con la venida del Señor, y con que había que cuidar la salvación, porque se podía perder. Yo creía en ese entonces que, al ser discípulos y tener el Evangelio del Reino, no debíamos preocuparnos más. Realmente yo no entendía, pero hoy es distinto. Ahora estoy como Iván, hablando de la venida del Señor, y pidiendo que por favor cuiden su salvación. “Ocupaos de vuestra salvación”, como dice Pablo en Filipenses.

Después descubrimos el único cambio, que es el tema de Lucas 21 y Mateo 24. Hay un cambio que también confirmamos en lo que dice Pawson. Cuando lo leí casi no lo creía, porque yo pensaba que nuestro grupo era el único que pensaba así. Entonces estoy manejando tres o cuatro libros, pero todo viene como confirmación de lo que el Señor nos dio cuando estábamos orando, y solamente leyendo la Biblia.

El cambio se refiere a que hasta hace uno o dos años atrás, entendíamos que lo que estaba más claro era Lucas 21. Algunos estuvieron con Iván y lo escucharon hablar mucho de esto; también me oyeron confirmando y subrayando lo que él enseñaba. Tal vez los que estuvieron más en contacto con estas enseñanzas, tengan preguntas al respecto. Con ellos nos podríamos reunir en algún momento aparte, ya que son la minoría.

Antes de las preguntas, pido que abran Lucas 19:28 en adelante.

El tema es la entrada triunfal de Jesús, lo mismo que vimos ayer. Cuando vemos el versículo 45, se describe lo que hizo Jesús en el templo, pero lo que leemos del 41 al 44 no está en Mateo.

Mateo habla de la multitud recibiendo a Jesús, después ya entrando a Jerusalén, y la conmoción que se ve en Jesús está al final del cap. 22. Es otro momento. Entonces acá tenemos un evento que Mateo no registró. Vamos a leerlo otra vez:

“ Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,

 diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.”

 

Leímos esto ayer, y tenemos que leer los siguientes versículos, porque Jesús muestra su pesar por la incapacidad de Israel para saber lo que era necesario para su paz.

La traducción en portugués dice: “si aún ahora lo conocieras”. Jesús se lamenta porque ellos no lo conocen, y dice:

“Mas ahora está encubierto de tus ojos.”

 

Aparece aquí una pregunta:

¿Habrá algún momento en que sus ojos serán abiertos? Porque dice ahora está encubierto de tus ojos”. Pero ¿qué pasará más adelante?  Esta pregunta podría hacerse en dos partes:

  1. Los que vienen después, ¿no son los judíos que se convierten y forman parte de la Iglesia?
  2. Si habrá alguna revelación para ellos, ¿serían estos los que vienen a la Iglesia, o hay algo más de Dios preparado para el pueblo Judío? ¿O fue completamente desechado por toda la eternidad?

 

Estas son las preguntas que pretendemos contestar mañana con respecto al futuro de Israel y de la Iglesia.

Aquí Jesús va a profetizar con respecto a Jerusalén:

 

“ Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán,

 y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación”. (Luc.19)

 

Aquí está lo que creemos es la profecía que se refiere al sitio del General Tito en 70 d.C. sobre Jerusalén. Pero no alcanza solamente con decir que la profecía de Lucas 21 no se refiere básicamente a esto, sino que necesitamos decir dónde está profetizada la caída de Jerusalén en el año 70 d.C. Está aquí, en Lucas 19.

 

¿Alguien quisiera comenzar con las preguntas?

Las reglas para las preguntas son sencillas. Cuando no hay preguntas, hay dos opciones: todos están entendiendo todo, ¡o nadie entendió nada!

 

Pregunta: – Con respecto a Lucas 21, que dice “si conocieras lo que te traería la paz” y se lamenta, yo me preguntaba si Jesús se refería a la paz de su muerte por los pecados o si también se refería a la paz con Roma que evitaría que la ciudad fuera destruida. Porque sabemos que era necesario que Él muriera, pero ellos no lo entendían en ese momento. Entonces, si ellos lo hubiesen recibido, ¿la muerte de Jesús hubiese venido directamente por los romanos? ¿Podría haberse evitado la destrucción de Jerusalén si hubiese sido así?

Respuesta: –  Esta pregunta es fácil de responder: yo no sé. Discernir lo que hubiese ocurrido si no pasaba lo que pasó, sería muy difícil.

Pregunta: – ¿Podían los judíos haber recibido a Jesús y aun así darle muerte? ¿O era necesario que lo rechazaran?

Respuesta: – No sé, estos son misterios de Dios. Lo que está claro es que el rechazo de ellos está profetizado. Hay mucha profecía en el  A.T diciendo que Israel iba a proceder de esa manera.

Si tomamos la primera parte de tu pregunta, lo que Jesús lamentaba era que ellos no supieran ni percibieran que el Mesías debía padecer, y qué era necesario para tener paz. La paz no era solamente ser libres de Roma, la paz que Dios tiene para su pueblo es mucho más amplia, permanente, duradera y profunda. Ellos no lo entendían justamente porque tenían sus ojos en ser liberados del dominio de Roma. Porque las profecías del Mesías Sufriente en el A.T. son muchas menos que las del Mesías Victorioso, y están casi “escondidas”. Son profecías que indican una guerra, y que Él viene para luchar por Israel. El Mesías que ellos esperan es un guerrero que extermina las naciones enemigas alrededor de Israel. Hay algunas profecías en las que dice de sí mismo que sus vestiduras están manchadas con sangre. Ellos tenían esto en mente, y como siempre fueron esclavos, no querían ser esclavos de Jehová. Es como ocurre hoy, no existe la libertad como los filósofos la quieren presentar. En esta tierra solamente existen hombres y mujeres esclavos. Todos son esclavos. Nacen esclavos del pecado, y hay una sola manera de ser libres: ser esclavos de Cristo. Ahí descubren la verdadera libertad. Ellos no querían sujetarse a Dios, por eso Él permitía que las naciones los subyugaran.

Pregunta: – Con respecto a los labradores malvados, en Mateo 21 dice que el señor de la viña envía a sus siervos y después a su hijo para recibir los frutos de la viña. Después dice que este señor les quita la viña y la da a otros que produzcan los frutos del reino. “Por tanto os digo que el Reino de Dios será quitado de vosotros y será dado a gente que produzca los frutos de Él”.

¿Cuáles son los frutos del Reino de Dios en esta parábola?

Respuesta: –  Hacer reglas muy rígidas, de definiciones, de cosas, muchas veces produce un entendimiento muy estrecho. No todo en la Biblia es matemático. Hay una matemática increíble en la Biblia, pero no todo es así. Quiero insistir en que cuando estudien la Palabra de Dios, estén siempre buscando contexto. Como decía Iván: Texto fuera del contexto es pretexto.

La palabra “fruto” puede modificar su significado dependiendo del contexto; entonces voy a hablar del fruto como lo veo acá (en este contexto), y un poco también de cómo lo veo en la Biblia (en general).

En el contexto de las parábolas, la primera tiene que ver con obediencia. Porque el hijo rebelde no hizo la voluntad del padre. La pregunta de Jesús en Mateo 21:31 es ¿cuál de los dos hizo la voluntad del Padre? En esta parábola, el fruto sería hacer la voluntad de Dios.

Si vamos a la parábola de las bodas, el fruto se refleja distinto. Es como un desprecio de la invitación. Leamos:

“Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo:

El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo;

 y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir.” (Mat.22:1-3)

 

Ahí está la mala actitud. El vers. 4 muestra brevemente algo muy grande en las Escrituras, que es la insistencia de Dios. Es necesario entender que llega un momento en que Dios no insiste más. Pero primero tenemos que ver cuánto insiste, y aquí está:

 

“Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas.

Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios;

y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron.

Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad.

Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos.”

 

A Israel le gustaba tener el status de hijos de Abraham. Lo que rechazaban no era ese status, sino la vida verdadera con Dios. En este escenario hay desobediencia, desprecio. Pero aprovechando la pregunta, nos podríamos extender un poquito más.

En Salvador descubrimos una pequeña desviación del tema del fruto, que yo no imaginaba; pero cuando lo vi, me espanté. Estaban todos los pastores diciendo que fruto significa solo una cosa: traer gente a la Iglesia. De manera que quien trajo a alguien, tiene fruto; y quien no ganó a nadie, no lo tiene.

Algunas veces Iván podía dar una idea así cuando hablaba, pero nosotros sabemos que no era así. Él insistía en la predicación del evangelio y en ganar a otros, y lo llamaba correctamente fruto, porque lo es. Pero fruto no es ganar a otros solamente. Es mucho más amplio. Entonces se hizo necesario definirlo en términos de lo que dice la Biblia, y no de una fórmula. ¿Qué dice la Biblia?

 

Yo encuentro tres referencias para comprobar lo que voy a decir sobre el fruto:

 

1°) No se trata del fruto del Espíritu. ¿Por qué? Es muy sencillo: por el lenguaje.

En Gálatas 5 dice que el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.

 

2°) En Juan 15:16 Jesús dice:

 

“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca…”

 

Acá comenzamos con el lenguaje. Gál. 5: el fruto del Espíritu; Juan 15:16: vuestro fruto. Tenemos bases para creer que son cosas distintas.

 

Vamos a hablar más en los últimos días del retiro, cuando abordemos la parábola de los talentos. Pero aquí tomamos solamente una cosa:

El Señor da dones, capacidades, gracia, poder, vida.

Las personas en la Iglesia no tienen todo en la misma medida. Algunos tienen uno, otros dos, otros cinco. Lo único seguro es que todos reciben talentos. No hay nadie en la Iglesia que no haya recibido talentos de parte de Dios, que serían los dones y el Espíritu Santo, que está lleno de todo.

 

Entonces, al final viene este inversor (Dios es un inversor), que llega y dice a su empleado: ¿-Qué me das? ¿Qué tienes para mi?

Si le respondemos:  -Ah! Señor, te doy alegría, bondad, fidelidad…- ¿Que va a decir el Señor? – ¿Me estás devolviendo lo que yo te di? Yo no vine a buscar eso. Yo quiero saber qué ganaste con lo que yo te di. ¿Dónde está la ganancia?

Está muy claro que el Señor no quiere que le devolvamos lo mismo que nos dio. Debería encontrar algo más, que sería “vuestro fruto”.

 

3°) Este texto es más fuerte aún. Al final de la parábola del Sembrador, Jesús habla de la semilla que cayó en buena tierra, de lo que le sucede.

 

“Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.” Mateo 13:23

 

Tenemos en el primer punto una diferencia de lenguaje; en el segundo, la parábola de los talentos: Dios viene a buscar la ganancia. Y en este tercer punto, tenemos a Jesús diciendo que el que da fruto multiplica, produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno. Lo cual tiene que involucrar a la gente del mundo. No hay cómo no involucrarla.

En Salvador entendimos con Mario, hace muchos años, que la mejor forma de expresar el significado de estos textos es la multiplicación de la vida de Cristo. Él es la vid verdadera que tiene que crecer. ¿Cuál es nuestra participación? Es andar en el Espíritu, y que su fruto crezca en nuestra vida. Si andamos así, los que están cerca van a ser, de alguna manera, influenciados. Algo va a sucederles por vivir conmigo y contigo. Cuando el amor, la alegría y la fe aparecen en tu vida, es fruto del Espíritu. Cuando ese fruto del Espíritu produce algo en otros, es tu fruto.

Lo que se produce en otras personas no es tan fácil de medir, pero lo que es fácil de medir es cuando no hay ningún fruto. La gente se mira y no tiene nada. Toda la influencia que tiene es para él mismo, o sea, nada.

 

Pregunta: – ¿Se puede entender como fruto lo que se genera dentro de la misma Iglesia? El fruto del Espíritu de otra persona produce en mí una mayor vida de Cristo. ¿Se puede tomar la edificación del cuerpo también como fruto?

 

Respuesta: -Totalmente. Imagínense qué fácil es dar fruto estando en casa. Por ejemplo, llega el esposo que tuvo un problema serio ese día en el trabajo, congestionamiento en el tránsito, se siente totalmente desanimado, y además tiene una reunión a la noche. Se pregunta desesperanzado: “¿Qué voy a hacer con tanta carne que se está manifestando?” La esposa con sabiduría y discernimiento de espíritu, le dice: “-Querido, ven aquí que tengo una cosa importante.” Y lo lleva al sofá para hacerle un masaje y ayudarlo a calmarse.

Es sencillo, lo mismo ocurre con la familia, con la esposa, con los hijos, todo tiene que ser fruto. Es imposible que aparezca nuestro fruto sin que nosotros manifestemos el fruto del Espíritu.

 

También puede aparecer un fruto que no viene del Espíritu, pero después reconocemos que fue nuestro, y no de Dios. Como sucedió con Moody, un predicador norteamericano muy famoso, que en la calle se encontró con un borracho que lo miró y le dijo “– Tú eres Moody, yo soy uno de tus convertidos.”

Moody le responde: “- Con razón, tú eres uno de los míos, si fueras convertido de Jesús, no serías borracho.” Lo máximo que yo puedo producir es eso. Eso es un fruto mío.

 

Pregunta: – En Mateo 7:15 en adelante habla de que los falsos profetas también se conocerán por los frutos. ¿Cuáles son esos frutos que deberíamos identificar para no confundirnos?

 

Respuesta: – Allí hay otra ley, Jesús está diciendo “No vas a encontrar una naranja en un cactus, no se puede. El cactus solamente da espinos.”

Es importante el tema de los falsos profetas en la venida del Señor. Vamos a ver de qué habla el pasaje del cual se desprende esta pregunta:

 

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” Mateo 7: 15-16

 

Pienso que también es sencillo. Cuanto más conocemos a Dios y las Escrituras, más capacitados estamos para ver si alguien trae una palabra que no viene de Dios. Cada vez es más fácil. Algunos con sólo cinco segundos se nota que están hablando tonterías. Pero no siempre es así, y principalmente al comienzo de nuestra fe hay muchas cosas que no tenemos claras. Jesús les está dando una ayuda. Él dice: si escuchando lo que dicen no te das cuenta, mirá la vida de ellos, porque si son mis profetas, van a tener una vida acorde.

 

En el vers.16 Jesús comienza de la misma manera que en Mateo 24: “Mirad que nadie os engañe”. Y dice que vamos a tener situaciones difíciles porque ellos se visten de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Jesús reconoce que esta gente tiene poder de engañar, y está enseñando a sus pequeños a discernir. Dice que es a través de los frutos, la vida, si hay coherencia. Ayer veíamos que Jesús condenó a los fariseos por incoherentes. Dicen una cosa y hacen otra, ponen pesos sobre las personas que ellos ni con un dedo quieren llevar. Jesús nos mandó a mirar la vida.

 

Cuando Mario y yo nos convertimos, sufrimos un poco, aunque después nos reíamos con las historias que se contaban. Porque nos convertimos en un contexto en el que había de todo: metodistas, luteranos, bautistas, pentecostales. Algunos profetizaban, y muchos de los pastores no conocían nada de eso. Mi papá por ejemplo, viniendo de la iglesia metodista, nunca había oído nada del Espíritu Santo, dones, etc. Con el tiempo, fuimos descubriendo quiénes eran y quienes no eran, y de a poco estos se fueron yendo. En ese tiempo fue la primera lección que Moacir, nuestro primer discipulador en Porto Alegre, nos dio. Había muchos pentecostales que salían por todos lados, y al volver contaban muchas historias, cada una más fantástica que la anterior. El que oía, no sabía si creer o no lo que escuchaba. Moacir me dijo: “No te preocupes, al compararlos con Pablo se te terminará el problema. Ellos cuentan historias de muchas sanidades, y mueven la reunión con estas historias. Pero Pablo no contaba ninguna historia, él pedía que vinieran los enfermos, y todo sucedía allí frente a la gente. Pablo y Pedro trabajaban así, no andaban relatando milagros.” Poco a poco, se va aprendiendo a discernir estas cosas.

 

Comentario de D.D.: – Hay que mirar el contexto. Jesús acaba de decir: “Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplio el camino que lleva a la perdición, pero estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida eterna, y pocos son los que la hallan”.

La puerta estrecha no está ahí adelante junto a la ancha, no. La realidad es que la tenés que buscar, y la tenés que encontrar. Y continúa diciendo:

“-Guardaos de los falsos profetas”. Nosotros tenemos la Biblia con títulos y versículos, pero lo que continúa diciendo es esto. Y los judíos sabían quiénes eran los falsos profetas. Eran hombres que decían: Paz, paz, cuando no había paz; engañando al pueblo de Israel, y diciendo que todo estaba bien. Los falsos profetas que menciona Mateo (para mí, profetizando a la Iglesia) son los que hoy te dicen: -“No, la puerta no es tan estrecha, no exageres. Dios es un Dios de misericordia y pueden entrar muchos más.” Cada uno saque su conclusión.

 

Pregunta: – Jesús plantea que Israel no dio frutos, entonces les va a quitar el Reino y se lo va a dar a otros que sí produzcan. Siendo que Jesús reveló al Padre, mostrando quién y cómo es Él, los judíos, ¿podrían haber producido frutos del Reino?

 

¿Eran sólo los fariseos los que estaban equivocados, o todo el pueblo judío?

 

¿Cuál es la base para que Jesús les reclame fruto de ese Reino?

 

Respuesta: – Tenemos ya una idea, pero no sabemos bien cómo ubicar en ella a hombres santos como Enoc, Moisés, Samuel, Elías… Hubo hombres fieles en aquella época, y muchos muy fieles. Por supuesto no tenían la misma demanda  de fruto que vino con la nueva alianza, pero que estaban todos “completamente incapacitados” es una idea más teológica que una realidad, porque la realidad es que muchos fueron fieles.

Por ejemplo, ¿quién fue la primera persona que discernió que Jesús era el Mesías? Fue Simeón. ¿Qué dice la Biblia de él? No dice que era sacerdote, ni rey. Era un hombre lleno del Espíritu. Sí había condiciones, pero no para practicar el Sermón del Monte, Dios no les estaba exigiendo eso. Lo que Dios exigía en aquel tiempo, muchísimos lo cumplieron. Otro ejemplo es Daniel. ¿Cómo podríamos medirnos con él? No podríamos. Algo sí tuvieron que haber vislumbrado estos hombres del Mesías. No olvidemos que la salvación y la participación de los judíos en el Reino no era por derecho de nacimiento, sino por creer en el Mesías. La diferencia entre ellos y nosotros es que nosotros miramos al pasado para reconocer al Mesías, y ellos miraban al futuro.

¿Cómo se comprobó que Jesús era el Mesías? ¿De dónde vinieron las pruebas? No fue de los milagros, sino que Él las mostró a los dos discípulos en el camino a Emaús, usando a Moisés y las profecías sobre Él. Estos hombres tenían la promesa del Mesías y ponían los ojos en su promesa. Y tuvieron gracia para dar el fruto que debían dar. En la Biblia tenemos registros de muchos que agradaron a Dios dando fruto, pero tal vez hayan sido muchos más.

 

Comentario de G.L.: –  Dice Hebreos 11:13

“Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.” Y Hebreos 11:38

“de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

 Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido;

 proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.”

 

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. Hebreos 12: 1

 

Respuesta: –  Dios levantaba profetas para que evangelizaran al pueblo, y el pueblo los mataba. Jesús lo dijo. Principalmente los líderes del sistema religioso los rechazaban. Este texto es muy fuerte y confirma lo que estamos diciendo.

 

 

 

 

Vestidos Para Las Bodas

Traducción y transcripción: Sofía Leegstra

Introducción

El presente tema comienza con la lectura de Mateo 23:37. Veremos si hay algo que diga Jesús aquí sobre el futuro, de lo que está por venir. Los pasajes anteriores a Mateo 23 (caps.21 al 23) nos muestran la última invectiva de Jesús con los sacerdotes, fariseos, saduceos (Jesús habló fuerte con ellos), y el pueblo que lo recibió, y que esperaba que fuera el Mesías.

Cambio de Paradigma

Quiero contarles una historia: Como ustedes saben, los primeros que se hicieron famosos por fabricar relojes fueron los suizos. Hace muchos años, cuando se hablaba de relojes, se hablaba de los suizos, porque ellos tuvieron por mucho tiempo la mejor tecnología; llegaron a tener el  95% del mercado internacional. Un día (no sé bien en qué fecha) estos hombres se reunieron en un congreso de fabricantes para hablar de los últimos descubrimientos para mejorar sus relojes. En eso apareció un japonés que quiso aportar una idea; alguien vio que levantó la mano, lo escuchó y lo miró como cosa rara, y le dijo:  “¿Qué japonés entiende de relojes? Nosotros somos suizos, ¿y viene un japonés como tú para decirnos cómo es un reloj?” En síntesis, los suizos no quisieron escuchar al japonés, que era el dueño de Seiko. Hoy, Seiko es la marca de relojes más vendida de los últimos tiempos. Ahora los relojes suizos no llegan ni al 5% del mercado. El dueño de Seiko había querido decir en el congreso algo sobre el cuarzo, que iba a funcionar mejor de otra manera, pero no lo escucharon. Esto nos muestra claramente cómo funciona nuestra mente. Funciona en base a paradigmas. Un paradigma es un modelo en nuestra mente, que cuando viene una idea que pueda amenazarlo, lo rechazamos.

Hay otra historia, que no es verdadera, pero sí interesante para entender los  paradigmas: Una vez iba un hombre manejando su auto, y al llegar a una curva vino otro que frenó de golpe; el del primer auto le dice “-¡Loco, loco!” Pero cuando el del otro auto pasa, le grita: “-¡Cerdo!”  Él le contesta: “-¡El cerdo sos vos!” Y cuando pasó la curva, mató al cerdo. ¿Qué pasó? Tenemos que entender lo que está detrás de la historia. Uno pensaría: “Me está agrediendo”.  Cuando le grito ¡Cerdo! nunca pensó que le estaba avisando que había un cerdo tras la curva; se enojó y atropelló al cerdo. Todos somos así.

Ya empecé a decir algunas cosas, y voy a decir otras que quizás no todos estén  muy de acuerdo; pero nadie está obligado a firmar nada o a decir:  Estoy de acuerdo. Quiero traerles un desafío: por ejemplo, si yo empiezo a decir cosas que alguno no está de acuerdo, hable con los mayores principalmente, después comience a estudiar el tema con su Biblia, y pruébeme que estoy equivocado.  Sería una maravilla para mí que despertemos hambre, porque el tema está y no se lo puede encubrir más. El tema tiene sus problemas, ya que quizás podamos decir cosas que después haya que ajustarlas, pero lo importante es que tenemos que ir avanzando.

Dos pueblos: Israel y la Iglesia

Ahora volvemos los ojos a nuestro Maestro. En Mateo 23, después de todo el desagrado que mostró con los religiosos, ahora lo vemos  en la intimidad de su corazón, de sus sentimientos. Jesús comienza a profetizar a los dos pueblos, la Iglesia e Israel; queremos saber qué dijo. Anteriormente vimos sobre el pueblo del cual estaba siendo quitado el Reino, y el otro pueblo, que estaba recibiendo el Reino. Comenzaremos con Israel, aunque lo que más queremos saber es con respecto a la Iglesia, porque nosotros no somos hebreos. Veamos Mt. 23:37

“Entonces dijo Jesús: Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, pero no quisiste!”

Con respecto a este versículo, un hermano me decía que no entendía la insistencia de Dios con Israel; pero necesitamos entenderla, porque es la misma insistencia que usa con nosotros. Este es el corazón del Padre, es el corazón de Jesús. Es nuestra tarea comprenderlo, conocer al Señor. Hay un misterio muy grande en el Señor que quizás nunca lleguemos a comprender:   el misterio de su ira y de su misericordia. Toda la Palabra nos revela su ira y su misericordia. Su misericordia nos trae descanso, y su ira nos trae temor. Jesús hablaba de los dos elementos. Yo creo que nadie nunca dijo nada tan serio como Jesús. Aquí vemos que Dios estaba diciendo: -¡Basta! Terminemos con Israel; pasemos este reino a otro pueblo! Pero el sentir, el lamento en el corazón de Jesús seguía; el Padre es siempre así.

Jesús termina de exponer su propio corazón y comienza a profetizar. En los vers. 38-39  hay dos profecías, cada versículo es una profecía: “He aquí vuestra casa os es dejada desierta”. En esta versión está en el presente, en el portugués dice:“será dejada desierta”, “será hecha desierta”. Yo creo que esto también es una mención a la destrucción total de la ciudad de Jerusalén, cuando entraron los ejércitos romanos bajo el general Tito en el año 70, más o menos 37o 38 años después de la profecía de Jesús. Pero sigue diciendo algo más, y vamos a buscar entenderlo: “porque os digo que desde ahora no me veréis”; “desde ahora”, es interesante observar que de aquí en adelante en el libro de Mateo no aparece más ninguna charla de Jesús con Israel como nación. Todo lo que él habla de aquí en adelante es solamente a la Iglesia, toda su predicación será a la Iglesia. Es muy importante entender esto, no confundirnos, porque en Mateo 24 parece haber una mezcla, que habla con la Iglesia y con Israel. En Mateo 24, Jesús está hablando a los discípulos y siempre se dirige a la segunda persona del plural:”vosotros”. Él está hablando con ellos (este es un punto importante). Jesús aquí está diciendo:” -Yo les avisé, yo les dije que iba a quitar el reino de ustedes y lo iba a pasar a otro pueblo, así que de aquí en adelante no hablo más con ustedes.”

Mateo 24 y 25 está dirigido a nosotros, pero en Mt 23:37-38  Jesús dice: “…desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Jesús aquí profetiza del futuro, porque dice “de acá en adelante no me veréis más hasta el día que vosotros mismos (está hablando a Jerusalén) digáis: Bendito el que viene en el nombre de Señor”. A estos profetiza que no le verán más. En esta profecía habría dos opciones:

1) Jesús podría estar hablando aquí de los mismos judíos que después se iban a convertir, o sea que cada judío en Jerusalén o en otras ciudades se iría a convertir al Señor; ellos estarían  en sus corazones diciendo: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Esta sería una interpretación aceptable.

2) Israel como nación (él está hablando a la ciudad capital que representa la nación) llegará un día en que va a decir: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Son las dos únicas opciones, no encuentro otra.

Quiero mostrarles en otras porciones de la Escritura por qué creo muy firmemente que la segunda opción es la que aquí se aplica. No creo que esté hablando de la conversión de cada israelita. Creo que está hablando de un día en el que la nación de Israel se arrepentirá y recibirá a Cristo como su Mesías. ¿Por qué creo esto? Comencemos leyendo Romanos 11:25 en adelante:

“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

    Vendrá de Sion el Libertador,

    Que apartará de Jacob la impiedad.

Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados.”

¿Qué te parece? ¿Que está diciendo Pablo? Yo busque separar todo lo que leímos aquí en puntos pequeños. Hago 9 preguntas al texto y las respuestas están en el mismo texto:

1-¿Cuál es el tema de Pablo? Un misterio.

Cuando la Biblia habla de misterio no significa algo que nadie lo sabe, sino algo que estaba escondido en Dios, pero Dios lo reveló. Todas las veces que Pablo habla del misterio, con excepción de ésta, se refiere a la Iglesia. La Iglesia era un misterio para los judíos, los profetas no entendían, pero la Iglesia fue mostrada de tal forma en la revelación de Pablo, que él la llamaba misterio.

¿Cuál era el misterio? ¿Por qué era misterio? Porque los judíos no entendían qué era la Iglesia. Pero aquí Pablo habla justo al revés: aquello que en determinado momento era un misterio para la Iglesia y por los problemas que surgieron en Roma, Pablo dice: -Hermanos, hay un misterio que ustedes tienen que  conocer. ¿Ustedes quiénes? la Iglesia.

El misterio de la Iglesia estaba escondido para los judíos; no podemos permitir que el misterio de Israel esté escondido para nosotros, porque Dios nos dio a Pablo para que nos enseñe.

2- ¿Cuál es la razón para hablar de este misterio? Que la Iglesia no sea arrogante, el texto lo dice: “para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos”

3- ¿A quién se refiere?: “que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte”; entonces se refiere a Israel. Este es un misterio para que la Iglesia no sea arrogante y comprenda el misterio de Israel.

4- ¿Qué pasará? Será salvo ¿Quién? Israel, toda la nación será salva: “y luego todo Israel será salvo”.

5- ¿Cuándo? Cuando entre la plenitud de los gentiles. Pregunto: ¿ya ha entrado la plenitud de los gentiles? Hay muchas profecías que dicen que esto está por venir. Entonces la salvación de Israel será en el futuro. Cuando se complete todo lo que Dios tiene que hacer con la Iglesia, ahí llega la plenitud de los gentiles. Cuando Dios diga: “-Bueno ya hice todo lo que quería hacer con la Iglesia; ahora vuelvo a tratar con Israel.”

6- ¿Quién lo hará? ¿Quién va a traer esta salvación? “Vendrá de Sion el Libertador” ¿Quién es el Libertador? El Mesías, el Libertador que vino y ellos no reconocieron. Un día la nación entera va a reconocer que él es el Mesías. Hay una profecía que dice: y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito”. Zac. 12:10. Por un momento ellos van a ver a Cristo: “Ustedes no me verán más hasta que digan: Bendito el que viene”. Jesús aquí está diciendo: “Ustedes no me recibieron pero un día me van a recibir. Ahora no me van a ver más porque voy a tratar con otro pueblo.”

7- ¿Qué hará Jesús? “…apartará de Jacob la iniquidad”.

Esto es muy interesante, porque cuando vemos los textos del Nuevo Testamento que hablan de Israel, pensamos que se refieren al Israel espiritual.  Pero hay textos que no hablan de Israel sino de Jacob; nunca en ninguna parte del N.T. la Iglesia es llamada Jacob. Podemos encontrarla como el Israel espiritual, pero como Jacob espiritual, no. ¿Quién es Jacob? Jacob es la nación de Israel, y para que no nos confundamos dice: “apartará de Jacob la iniquidad”. Israel se va a convertir como nación entera en un determinado momento, y ahí todos serán salvos, porque van a creer en nuestro Señor Jesucristo.

8- ¿Por qué hará Dios esto? Porque Dios es fiel. Allí está escrito: “Y este será mi pacto con ellos”.

En el A.T. hay muchas profecías para Israel que aun no se cumplieron (hablan de la conversión de la nación), pero ahora vemos esta profecía de Pablo en el N.T., que se va a cumplir, porque Él es fiel.

9- ¿Qué promesas? Son las promesas que hizo a los patriarcas, a los padres. V. 28: “Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres”. ¿Quiénes son los padres? Abraham, Isaac, Jacob, los 12 hijos de Jacob.

  1. 29: “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. Este es el motivo final. Podemos encontrar algo semejante en el N.T. Vamos a leer Hechos 1:6-8:

“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? (Jesús estaba hablando en los vers. 4 y 5 del Espíritu Santo que iba a venir) “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”.

Este era el tema de la charla, y cuando Jesús decía esto, los que estaban reunidos le preguntaron: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y él les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Vamos a examinar esta pregunta con atención. Si Jesús entrara hoy aquí y pudiéramos hacerle preguntas, ¿le preguntaríamos lo mismo que los discípulos? No, no lo haríamos. Pero ¿por qué los discípulos sí? Porque había 5 cosas que ellos pensaban:

1°) Israel había sido un reino.

2°) Israel había perdido el reino.

3°) El reino iba a ser restaurado a Israel.

4°) Jesús tenía el poder para hacerlo, ellos confiaban en eso.

5°) Jesús lo haría. Ellos no tienen ninguna duda. La única duda es cuándo será. ¿Sería en ese momento o no?

¿Cuál es la reacción de Jesús en el texto que leímos?

1°) La curiosidad de ellos no iba a ser satisfecha.

2°) No hay ninguna reprobación por parte de Jesús a las ideas de ellos. Jesús no les dice: -¿Qué locura me están preguntando?

Para explicar esto, voy a usar una ilustración: Imaginen que le pregunto a Daniel si le dejó de pegar a su esposa, y él me contesta que no me va a satisfacer la curiosidad. Si no es verdad lo que le estoy preguntando, si la pregunta no tiene ningún fundamento, Daniel tiene que reaccionar en el mismo momento y decirme que estoy loco, ¡cómo le voy a preguntar eso! Si fuera una locura la pregunta de los discípulos, Jesús reaccionaría y les diría:  -¿De qué están hablando? Pero Jesús no reprueba sus ideas.

3°) No hay ninguna desmentida en cuanto a estas cuestiones.

4°) Jesús permite que ellos mantengan la esperanza de que el reino va a ser restaurado a la nación de Israel. No olvidemos que la Iglesia ya estaba en este momento. En Mateo 23 aún no, pero en Hechos 1 ya estaba, y ellos están preguntando sobre Israel.

Pero decir: “no os toca a vosotros saber los  tiempos y sazones” no es lo mismo que decir “nunca”. Jesús les dice a su discípulos que a ellos no les toca saber los tiempos y sazones, pero no les dice que nunca ocurriría. ¿Cuántos están felices de que Israel como nación se va a rendir al Señor Jesucristo? ¡Llegará un día en que ocurrirá! Me parece que en Hechos 3 Pedro tiene alguna respuesta de cuándo sucederá, que en ese momento no la tenía.

Ahora dejemos a Israel y vayamos a la Iglesia. ¿Hay algo de lo que leímos en los capítulos 21 al 23 de Mateo que se refiera al futuro de la Iglesia? Es lo que queremos ver ahora. Volvamos entonces a Mateo 21 y 22. Aquí se encuentran  tres parábolas, la tercera está en el capítulo 22. En las dos primeras parábolas, la de los dos hijos y la de los labradores malvados, no hay una mención clara, solo dice que va a haber otro pueblo, (sería en la primera parábola el segundo hijo, que primero dijo “no quiero”, pero al final dice “quiero, voy a hacerlo” y lo hizo”); aquí hay algún pequeño anuncio de los gentiles entrando en el cuadro. En la segunda parábola, Jesús mismo les pregunta a los fariseos: “¿Qué hará el dueño de la viña cuando vuelva?” Ellos contestan en el v.41: “a los malos destruirá sin misericordia, y arrendara sus viñas a otros labradores”. Y Jesús lo confirma: “Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.”

La tercera parábola ya es mucho más específica con relación al segundo pueblo. En la parábola de las bodas, se muestra, en la primera parte, el desprecio de Israel a todo el amor y la bendición de Dios sobre ellos, y cómo lo rechazaron. Pero ahora vamos a hablar un poquito más de este segundo pueblo que recibe el reino. Leamos desde el v. 7: “Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad. Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas (como que Dios dice “yo preparé y vamos a tener las bodas, se va a hacer la fiesta; los que la rechazaron se la pierden, pero yo no la pierdo, la fiesta yo la garantizo”); mas los que fueron convidados no eran dignos. Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados. Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Más él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mt  22. 7-14). ¿Qué te parece lo que dice Jesús aquí? Hace unos 10 días tuve una charla con un católico; me quedé oyéndolo y orando, diciendo:  “-Dios ¿qué hago? Dame alguna palabra.” Porque a este hombre lo convencieron de que tenía que aceptar a Jesús, y me cuenta que lo aceptó, pero no me cuenta nada más. Y como conozco un poco a la familia, sé que no pasó nada en él, no hubo un cambio como el que vemos que sucede en las Escrituras. Pienso que hay millones en el mundo hoy que representan esta realidad: son los que creen que si aceptan la invitación, está todo arreglado. Ellos dicen: “-Me invitaron, me preguntaron si acepto, y yo dije que sí, lo acepto.” Estos creen que al aceptar la invitación, ya están asegurados en las bodas. ¿Cuántos miles y miles hay que piensan de esta manera, y están engañados?

En Mateo 24, cuando los discípulos le preguntan a Jesús sobre cuándo y qué señal habrá de su venida, lo primero que responde es que no se engañen. Hay muchas cosas que vamos a tener que enfrentar en el futuro, pero nada puede compararse con el engaño: es la amenaza que hay desde siempre en todos los tiempos. Aquí en la última parábola vimos que todos los invitados vinieron a las bodas pensando: “Fuimos invitados, aceptamos la invitación, tengo la tarjeta, estoy asegurado.” Pero Jesús está diciendo: “-No es así, ¿cómo que por la invitación ya estas seguro? Y dice por primera vez algo así: “-Yo no me agradé de Israel, y ahora vengo a un pueblo que me va a dar el fruto que yo buscaba.  No piensen ustedes que voy a tratarlos con condiciones diferentes del pueblo anterior”. Por el contrario, ya vimos anteriormente que cuanto más tenemos, más se nos exige. ¿Qué tenían los judíos? Mucho menos de lo que tenemos nosotros, porque nosotros  tenemos al mismo Mesías que ya vino, tenemos la cruz, tenemos el Espíritu Santo. Y Jesús nos está diciendo: “-No piensen que estoy cambiando todo lo que buscaba al principio; hay condiciones para participar de las bodas”. La condición no es solamente aceptar la invitación, sino también estar con la ropa. Porque dice “sin estar vestido de bodas”. Hay que tratar de vestirse de tal manera que se pueda participar de las bodas.

Vestiduras blancas

¿Cuáles son esas vestiduras? Apocalipsis es el libro que más las menciona.

Ap.3.14:  “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. (¿A quiénes? a los tibios) Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. (¿A quién? a la iglesia).

Aquí un primer consejo: busquen o identifiquen en sus vidas las situaciones que les hacen ser tibios; según el entendimiento que ya han alcanzado en Dios pueden decir: “- Bueno, ser tibio es tal cosa, entonces quiero estar lejos de esto, aquí no quiero estar.” Esto es importante porque aquí nos está diciendo que si somos tibios, estamos por ser vomitados. ¿Quién lo dijo? El amoroso Jesucristo. ¿Y qué consejos nos da? “Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez”. Vestiduras en el lenguaje bíblico es la forma o la imagen que tenemos cuando estamos delante de Dios. No podemos estar delante de Dios desnudos, y tampoco con cualquier ropa: tiene que ser blanca. La ropa debe ser blanca. Aquí hay una recomendación específica a los que son tibios: que traten de cambiar y comiencen a ponerse la vestidura que corresponde. El ser tibio no tiene nada que ver con temperamento, con ser una persona más extrovertida o más introvertida. La característica principal del tibio es el autoengaño. Dice Jesús: “–Tú piensas que eres así, así y así, pero no eres así.” La necesidad es tener las ropas blancas.

La siguiente vez que vemos vestiduras en Apocalipsis es en el cap. 6:9-11: aquí está el tiempo de intensa persecución a la Iglesia. Es el cuarto sello; en el quinto sello hay una persecución muy grande, y muchos mueren decapitados.

“Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.

Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?

Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.”

¿A cuántos les gusta saber que Jesús dice que cada cabello de su cabeza está contado? ¡Qué maravilloso, cada cabello! Nos gusta. A Dios le gustan los números. Aquí dice que había un número de gente que había de ser muerta, pero ¿nos alegramos con esto también? Aquí dice:” hasta que se completara el número de sus consiervos”. Hay una cantidad que tiene que correr en esta persecución, y hasta que no se complete, Dios dice: “- Estoy esperando completar el número que yo quiero.” ¿Qué es más glorioso: un cabello en la cabeza, o la cabeza por Cristo?

Les voy a abrir mi corazón con respecto a las vestiduras blancas. Una vez yo estaba predicando, y recordé que cuando estoy como huésped una casa y me dan toallas blancas, no me gusta mucho, porque el baño que tengo que tomar es más prolijo, más profundo. Si lo hago apresurado, voy a entregar las toallas llena de manchas. Preferiría que me dieran una toalla negra, así podría tomar un baño rápido y no preocuparme por la suciedad que queda en la toalla. Es un ejemplo.

El Señor nos está hablando. ¿Por qué usar vestiduras blancas? Porque cualquier manchita se ve. Entonces, ¿cómo hacemos nosotros para presentarnos delante de Dios, si ni siquiera sabemos cuánto pecado tenemos? ¡Pecamos cada día! ¿Qué hacemos?

 “Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido?

 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.”  (Ap. 7: 13-14)

Esta es la primera condición de la ropa: debe ser completamente blanca, y no hay ninguna posibilidad, en toda la historia del universo, en la que se pueda blanquear esta ropa, sino la que Dios propuso en su Hijo. Desiste para siempre de querer presentarte delante de Dios por algo que tengas o no tengas. La exigencia es absoluta, es plena, y solo hay una forma de cumplirla: es que blanqueemos nuestras ropas en la sangre de Jesús. No importa cuánto has progresado, si creciste mucho, cuánto servicio hiciste, o lo que desarrollas hoy, no importa. Nosotros no tenemos la más mínima idea de cuánto pecado cometemos cada día. Los pecados de ignorancia son miles, ni sabemos. Cuando un hermano viene y nos dice que hicimos algo que no le gustó, nos quedamos sorprendidos porque ni nos dimos cuenta. Estamos tan acostumbrados a ser así, que no podemos tener otra esperanza de tener ropas blancas, a no ser por la sangre de nuestro Señor Jesucristo. Aplicamos esta sangre a nuestra vida todos los días, a toda hora, en todo momento, y confiamos que no seremos inmediatamente aniquilados ahora porque Jesús se hizo justicia en nuestras vidas. En todo momento tenemos que ser cabales y terminar con el orgullo, autosuficiencia, y cualquier otra esperanza, porque en todo momento Cristo Jesús muerto en la cruz es nuestra ropa blanca, no hay otro secreto, no se va a inventar nada más.

¡Te damos gracias, Señor! ¿Que haríamos por nuestro pecado? ¡Gracias, Señor! Yo no hubiera podido con tanto sufrimiento…

Ap. 22:14: “ Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.” ¡ Aleluya!

Ap. 12:11:Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero…”

Ap. 16: 15  “He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.”

Las vestiduras tienen que ser blancas, y solo pueden serlo por medio de la sangre de Cristo. Pero estas ropas necesitan ser guardadas, y es nuestra tarea guardar estas ropas blancas. Está muy claro aquí; no explica mucho qué es guardar, me parece que es porque no hace falta. Cada vez que tenemos conciencia de un pecado, lo confesamos a Dios, nos confesamos los unos a los otros, somos sinceros, mantenemos nuestra conciencia pura.

Dice Hebreos 10:20-22: “por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”.

Pablo le dice a Timoteo que muchos, por no guardar la conciencia, llegaron a naufragar en la fe. Si empiezas a andar en algo que está mal y te mantienes ahí, no buscas a Dios, no buscas ayuda, no confiesas, entonces comienzas a  vivir con mala conciencia. Tu conciencia quiere hablarte, pero tú no quieres oírla. Lo que estás haciendo es cauterizar la conciencia. Debemos mantener la conciencia pura, manteniéndonos siempre en la fe de esta sangre; y cuando hay algo que no está bien, como la ropa es blanca, puedes esconder una parte de la ropa para que la gente no la vea, pero Dios sí la ve. Tienes que saber que no vas a ser tratado por cómo los hombres te ven, vas a ser tratado al final por cómo Dios te ve. Es delante de Dios que tienes que estar con la ropa blanca, no delante de mí, ni de los pastores, es delante de Dios. Cuando lo escondes y no confiesas, estás escondiendo a los hombres, pero Dios lo sabe. Mantengamos nuestra conciencia pura. Aquí entra una condición importantísima, indispensable. Leamos Ap. 3:3-4, donde le habla a la Iglesia de Sardis:

Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete, pues si no velas vendré sobre ti como ladrón y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. (Ap. 3:4 RV1995)

¡Qué situación lamentable! Porque dice “pocas personas”.

Este texto concuerda bien con el de Ap.16:15, que habla de mantener las ropas blancas. Vamos ahora a Ap.19: 6-8:

“Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como la voz de grandes truenos, que decía: « ¡Aleluya!, porque el Señor, nuestro Dios Todopoderoso, reina. Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente (pues el lino fino significa las acciones justas de los santos)». 

Aquí se agrega algo más: no basta que la ropa sea blanca.Es necesario que sea también de lino fino. No puede ser de algodón y blanca; no sirve, tiene que ser blanca y de lino fino. ¿Qué es el lino fino? Es las acciones justas de los santos, las obras de justicia de los santos. Muchos se confunden en este punto. Dicen que si toman lo que dice aquí, van a negar lo que hicieron antes, porque al convertirse, la condición fue la sangre de Cristo, pero ahora parece que tiene que haber algo más. Entonces algunos que nos oyen dicen que estamos predicando que la salvación es por obras. Pero lo dicen los que no entienden. La pregunta ahora es: Si no tengo los actos de justicia, ¿tengo las vestiduras? No. Pero, ¿no era todo por la sangre de Cristo? ¿Por qué ahora están esperando que agregue los actos de justicia? La teología buscó ser anticatólica, y creó un conflicto que no existe en la Biblia. En la Biblia no hay conflicto entre ser salvo por la fe y tener una vida de justicia. El conflicto está en la cabeza de los teólogos. Dice en Hebreos 4:14: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” ¿Es necesario las obras para estar en las bodas? Sí, con toda certeza. Obras de justicia, vida santa, santificación, todo esto es necesario. Pero ¿no es por la fe en la sangre de Jesús? La Biblia habla de las obras hechas en Dios. Jesús dijo que los que practican la justicia se aproximan a la luz porque sus obras son hechas en Dios. No está hablando aquí de las obras muertas, o sea de nuestras obras por nuestro esfuerzo personal, sino que está hablando de obras de la fe. Pablo dijo a los romanos que Dios le había dado el ministerio de llevar a los gentiles a la obediencia por la fe, no a la fe para la fe, sino a la obediencia por fe. No hay conflicto, lo que sí puede haber es engaño. Santiago dice: “Pero alguno dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras». (Stg 2:18 RV1995). A esta fe engañosa Santiago le dio un nombre: fe muerta. Los que buscan la sangre de Cristo están convencidos de pecado, de justicia y de juicio, recibieron el don de la salvación, lo que más quieren en sus vidas es agradar a Dios, no son perfectos pero aman la perfección, buscan la perfección; no se permiten ser tibios, buscan que su vida diaria sea una consecuencia de su fe, desarrollan su salvación, se ocupan de su salvación, y lo hacen con temor y temblor. Esto es lo que dice la Escritura, y en este contexto habla de obras de justicia (las acciones que acompañan la fe viva, la fe que permanece). Si no fuera para que vivamos una vida santa para Dios, Él no hubiera quitado el reino a Israel. Él quería tener gente que practicara las buenas obras, pero Israel no las practicaba. Cuando Dios dijo que tenía otro pueblo, y la historia comprueba, nos tenemos que dar cuenta que nuestra vida es un milagro. Estamos aquí sentados hoy por un milagro. Es un milagro que ya Dios esté haciendo estas cosas en tu vida, pero debes cuidar esta salvación con temor y temblor, cuidar de no perder las vestiduras. De la misma manera que Jesús murió por nosotros, él quiere vivir en nosotros; es una cuestión de sustitución, porque la fe verdadera cree que Él murió en nuestro lugar, pero también cree que Él quiere vivir en nuestro lugar. Porque cuando Él vive en nosotros, comienzan a aparecer los actos de justicia. No hay conflictos.

Señor abre nuestros ojos, líbranos del engaño. Llénanos de deseos por ti mismo. Enséñanos a amar u venida, enséñanos a prepararnos para tu venida. Amén.

 


 

LA SECUENCIA DE LOS TIEMPOS

Traducción y transcipción: Cintia Boyan

 

Empezamos ahora con Mateo 24, buscamos entrar un poco en el tema de la cronología que yo les hablaba en los videos. Les dije que es cómo un rompecabezas porque hay información por todos lados en la escritura, justamente por eso hay gran confusión. Unos dicen una cosa, otros otra y cualquier cosa que intentas armar para componer el cuadro, corre siempre el riesgo de que te olvides algo del Antiguo Testamento (AT), o hasta del Nuevo Testamento (NT). Entonces fue con este propósito que este equipo de hermanos que les nombré, estamos estudiando, orando, nos juntamos muchas veces para progresar sobre este tema.

Bueno, al tomar Mateo 24 como la referencia, se acuerdan de que dijimos que es un rompecabezas que ¿cómo se resuelve? Tenemos en la tapa de la caja la fotografía de lo que hay que armar, y eso nos sirve de guía. La pregunta es, para este rompecabezas, de las profecías en la Biblia, ¿hay algo que nos sirva de guía? Nosotros creemos que sí, y muy fuertemente hoy. Hay mucho problema porque algunos piensas que la guía es Apocalipsis, y quieren empezar por ahí, y entran en un lio. Algunos van al AT, existe por ejemplo una doctrina que está basada en una interpretación de la profecía de Daniel, que nosotros vamos a estudiar hoy. Pero ellos empiezan por ahí. Pero, tomando Mt 24 como base, me van a oír hablar algunas cosas que no están conforme a lo que Iván nos enseñaba en este tema, son algunas cosas. El cuadro que tenemos es muy semejante al cuadro que nos presentaba él, las cosas principales están ahí en el cuadro. Hoy vamos a hablar sobre lo que pensamos que es lo principal. Y seguimos la orientación que Iván nos dio, él insistió: no empiecen con Apocalipsis, estudien, pero empiecen con Jesús. Después de Jesús los apóstoles, después pueden ir a Apocalipsis y quizás el AT. Con nosotros Iván nunca se animó a ir al AT. Leyó mucho Jesús, los apóstoles y Apocalipsis. Ya en los años 90 estaba todo el tiempo hablando de Apocalipsis.

Yo voy a exponer un cuadro que, los que estudiamos, pensamos que es más sencillo, Mateo está muy sencillo. Entonces, van a haber algunas cosas que no están de acuerdo a lo que decía Iván, ¿qué propongo? Si alguno de ustedes estudio, recibió, esto que Iván hablaba, y tiene dudas y quiere discutir un poco el tema, podemos juntarnos en algún momento con los adeptos de Lc 21 y podemos hablar. Porque no es solo Mateo y Lucas que hablan, hay confirmaciones de otras palabras, en el AT y NT, que nos parecen confirmar lo que estamos diciendo. También, quiero nombrar que esta profecía de Jesús en el monte de los Olivos, tiene una gran, no nos aventuramos a decir que completa, pero si gran armonía con los sellos que están en Apocalipsis. Cuando miramos los sellos, en el orden que están puestos ahí en Apocalipsis, es muy semejante, hay un paralelo bien interesante, entre lo que Jesús dice en Mateo 24 y lo que es revelado a Juan cuando escribió el Apocalipsis.

Vamos a leer por partes Mateo 24, buscando ver si Jesús nos da una secuencia de eventos, esto es lo que buscamos. Pensamos que está, no al 100%, pero si algo donde Jesús dice, primero esto, segundo esto, tercero y así.

Mateo 24 por etapas. Vamos a arrancar desde el versículo 1.

24  Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.

Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.

Ahora viene otro momento:

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

Quiero subrayar algo que yo nunca había visto. Los discípulos acá no preguntan por señales, esto es muy interesante. La biblia habla mucho de muchas señales. Pero la pregunta de los discípulos acá es sobre la señal. Y ahí Jesús empieza a contestar.

Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.

Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.

Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.

Esto lo consideramos la primera parte. ¿Con que nombre podríamos identificar esta primera parte?   Leyendo el texto, “Aún no es el fin”. Es un relato de cosas que van a suceder, pero aun no es el fin. Esta es la primera parte que tenemos. Del versículo 4 al 6.

Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.

Y todo esto será principio de dolores.

Cuando Jesús dice “porque” es porque hay algo diferente cuando se acerca el fin. Acá esta la segunda etapa, “Principio de Dolores” los versículos 7 y 8, muy didácticamente explicado por nuestro Señor. ¿Qué podemos decir que vemos de diferente entre la primera y la segunda etapa? Porque parecen muy semejantes.  Vamos a ver, Jesús va a hablar de cosas que están como una carga en su corazón, pero la primera es “Nadie os engañe” esta es la intención número uno de la exposición de Jesús. Después dice que muchos vendrán diciendo que ellos son el Cristo, y dice, oiréis de guerras y rumores de guerras, mirad que no os turbéis. ¿Cuál es la diferencia entre el versículo 6 y el 7? En el 6 dice que oiréis, y habla de rumores, pero en el 7 hay una intensificación de todo el problema. No lo afirmo, pero ¿no podría ser el principio del fin, el siglo XX con dos guerras mundiales? No estamos afirmando que es, ni fijando estos tiempos en el calendario nuestro. Estamos dando las etapas que Jesús dio. Pero yo pregunto primero habla de guerra y rumores de guerra, después dice nación contra nación y agrega, el fruto de todo esto es pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares. El problema se intensifica y el define a esto esto como: “Principio de dolores”.

Bueno ahora empezamos la tercera etapa, la lectura es mayor. Quiero desafiarlos a encontrar el nombre que podríamos darle a esta etapa.

Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes*(en portugués dice todas las naciones) por causa de mi nombre.

10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.

11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;

12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),

16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.

17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;

18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa.

19 Mas, ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!

20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;[a]

21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.

22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.

24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.

25 Ya os lo he dicho antes.

26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.

27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.

28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.

Todo lo que leímos es lo que entendemos es la tercera etapa, que llamamos de “La Gran Tribulación”. Miren el verso 9 y el 21, ahí nombra la tribulación. Y leímos hasta el verso 28, porque el 29 dice: 29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días… es decir ahí comienza la cuarta etapa, así lo entendemos. Ahora, voy a explicar algunas cosas,  y vamos a mirar un poco estos textos antes de seguir adelante.

Algunos de los compañeros con los que estamos estudiando, creen que las etapas se dividen de manera diferente, que el Principio de Dolores llega hasta el verso 14 y La Gran Tribulación, va desde el verso 15 al 28. Yo estoy exponiendo acá lo que descubrimos juntos y quiero ser fiel a ellos. Bueno, yo les digo como yo pienso que es.

Vamos a mirar algunas cosas. Primero, Jesús habla a partir del verso 9 de la tribulación, de problemas de unos entregando a otros, después habla de los falsos profetas y de lo que es la principal preocupación, carga o deseo que él tiene para comunicar. En el verso 12, 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Esto está muy de acuerdo con lo que dice Pablo en la carta a los Tesalonicenses, cuando habla de la venida del Señor, él dice dos cosas que van a suceder antes de la venida del Señor. Vamos a leer en 2º Tesalonicenses 2:1-3

 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,

que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición.

Las dos cosas son,  1. La apostasía y 2. La manifestación del hijo de perdición. Después del verso 3 sigue hablando del Hombre de Pecado, no vamos a leer porque no es el tema ahora. Este es el mismo que estamos acostumbrados a oír que llaman anticristo, el inicuo, el hijo de perdición, la Bestia en Apocalipsis, tiene como 6 o 7 títulos en la biblia.

Volvemos a Mateo, ¿Qué es apostasía? Porque Pablo dice que el Señor no vendrá sin que antes venga la apostasía. ¿Qué es un apostata? Es uno que le dio la espalda a Dios, es uno que estaba con Dios, andaba con Dios, y de repente conscientemente dice que no quiere más, que no le interesa Dios, y le da la espalda a Dios, y marcha para el lado contrario.  Entonces un apóstata es uno que estaba con Dios y le da la espalda. Ahora vamos a la primera carta de Pablo a Timoteo. 1º Tim 1:18-20

18 Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia,

19 manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos,

20 de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.

Himeneo y Alejandro eran dos discípulos cristianos que se volvieron contra Cristo y empezaron a hablar blasfemias, y Pablo los entregó a Satanás. Estos son apostatas. Ahí en el capítulo 4, aparece la palabra apóstata también.

 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.

Vieron como está mezclado el engaño, la apostasía.

Cuando leemos 2º Tesalonicenses Pablo dice una palabra muy determinante, él dice que el Señor no vuelve antes que venga la apostasía. Es decir que antes que venga el Señor va a haber un abandono masivo de la fe en Cristo Jesús dentro de la iglesia. Estamos hablando acá de la iglesia nominal. Hay toda una preparación, miren por ejemplo a estas personas que vienen a Cristo porque les ofrecen prosperidad, más plata, auto nuevo, casa nueva, solo les hablan de la tierra, y estas personas vienen detrás de los bienes terrenales. ¿Qué va a hacer esta gente cuando surja un tal anticristo, que es la bestia y diga nadie va a poder comprar ni vender si no tiene la marca de la bestia? Esta gente va a decir, ¿para qué me sirve la fe? si la fe era para que yo pudiera comprar y ahora no puedo comprar más. Entonces Jesús está hablando de esto.

Volvemos a Mateo. 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.

La palabra que está en el griego para maldad es anomia, y significa sin ley. Lo que se está multiplicando en el mundo es sin ley moral. Cada vez más el hombre está sacando cualquier cosa que sea una ley. Hay movimientos muy grandes detrás de esto, que hacen de todo para poner arriba a los homosexuales, la libertad para casarse entre ellos, el feminismo, el empoderamiento de la mujer, todo forma parte de un mismo esquema.

El amor de muchos se enfriará. En portugués la traducción dice: el amor de casi todos.

Vamos a buscar entender un poco mejor esto de los que abandonan a Cristo. Tenemos en Salvador muchos ejemplos, mucha gente que se fue de la iglesia en estos años, pero de estos muchos volvieron. Y muchos de los que volvieron están bien, muy bien. Entonces yo no puedo poner una regla de que si uno sale de iglesia esta quemado y no vuelve más. Pero, Dios sabe si el que se va es un apóstata o es un frágil, un débil.  Mucha gente se va porque esta frágil, dice no logro alcanzar los objetivos que ustedes me ponen, tengo vergüenza. Algunos se van por vergüenza, y es muy difícil rescatarlos. Pero existen otros que son apóstatas. Yo me acuerdo de dos personas en Salvador, que se apartaron completamente del Señor, me quedó marcado porque yo no lograba orar por estas personas. Era como si Dios me dijera: no quiero que ores por este. Una se fue hace 40 años y el otro hace 20 y ninguno volvió. En mi corazón nunca tuve paz para orar por ellos, porque era muy evidente que tenían luz, luz de Dios, que anduvieron con Dios. Necesitamos leer lo que dice la carta de los Hebreos a aquellos que una vez fueron iluminados, y vuelven conscientemente a vivir en pecado. ¿Sabes lo que dice ahí? Dice que no hay más solución. No hay nada más que hacer por ellos. Está en Hebreos 6 y 10. Lo leen después. Este año tuve una experiencia que me marcó mucho respecto a esto.  Hace como unos 6 o 7 años, en Salvador, una hermanita soltera estaba muy frágil, y buscó a uno, a otro, me buscó a mí, pedía ayuda. Era visible que ella tenía una tal carencia de afecto, de amor, todo por cuestiones de familia, que se entregaba a cualquiera para que le diera un poquito de valor. Bueno y no tenía más fe, estaba en pecado y vino y confesó una vez, y fue amada, perdonada, disciplinada. Después otra vez, (y cuando vimos ya no se podía ni se sabía…) yo me acuerdo de la angustia que yo tenía por esta chica en especial, porque yo conocía la realidad de ella. Entonces estuvo que se iba, no se iba, hasta que se fue. Se fue y yo nunca me olvide de esta chica, porque ella buscaba luchar, buscaba ayuda, pero era muy frágil y no lograba vencer. Yo me acuerdo el peso en mi corazón cuando ella se fue. Este año estábamos hablando en una reunión de este tema y yo la veo, en medio de la congregación, alabando al Señor. Y casi no lo podía creer, estaba ahí, firme. Después de la reunión fuimos a charlar. Y ella me agradecía toda la ayuda del pasado, que no había soportado, pero que ahora no tenía ninguno de los problemas que tenía antes, y ahora quería a Cristo, no quería más nada, y estaba firme en el Señor y ni pensaba en aquellos caminos. Yo entendí que ella no fue una apostata, porque no habría vuelto. El Señor no da gracia a un apóstata para que vuelva. Y yo en medio de esta alegría, dije, si el Señor la trajo, quiero amarrarla, atarla acá para que nunca más se vaya. Le expliqué a ella todo esto de apostasía, y le dije: Querida, ¿sabes que ocurre con la gente que va y peca y viene y confiesa, y la iglesia les ama, les braza, les perdona.  Pero después van otra vez y pecan y después ya no saben qué hacer y vienen y la iglesia les abraza y perdona, y después pecan y se van? ¿Sabes que es lo que lleva a tener este comportamiento? -La equivocada comprensión de la misericordia de Dios. Muchos tienen esto en el corazón: no necesito tanto esfuerzo, ni tanta renuncia, de todas maneras, Dios es misericordioso. Esto es engaño hermanos. Es engaño. La misericordia de Dios es para que le amemos y le sirvamos, no para abusar de él. Y hay cosas serias en la escritura. Yo le dije todo esto y ella empezó a llorar, llorar. Y yo le dije más: mira, nunca más te vuelvas a esto, porque vos no sabes la hora en que Dios puede decir “basta”. Para que sepas, te quiero decir que hay casos en que por una sola vez Dios dijo basta y no hubo más oportunidad, como en el caso de Esaú. Dice que Esaú buscó arrepentimiento con lágrimas y no lo obtuvo. (Hebreos 12:17) Dios juzgó en aquel momento que Esaú estaba vendiendo su derecho de primogenitura a Jacob por un plato de lentejas. Y Dios dijo: es la primera y la última, no te quiero jamás. Y le dije esto a la chica, y mientras más hablaba, más ella lloraba. Pero la vi en otra reunión, y en otra, y en otra. Y siempre venía a abrazarme y me decía: gracias Marcos, porque me dijiste aquello. Era justo lo que yo necesitaba para terminar de afirmarme.

¿Estamos hablando de una iglesia que va a desaparecer antes de la venida del Señor? Porque acá dice que el amor de muchos se enfriará. No, lo que la iglesia hoy necesita es un grande, inmenso avivamiento de Gedeón. ¿Saben cómo es este avivamiento? El empezó con 10.000 y al final terminó con 300 y venció la batalla. Cuando todo el que no tenga un corazón afirmado en Cristo, se vaya, la iglesia va a crecer muchísimo. Acá dice: el que persevere hasta el fin, será salvo. Hermanos, repito lo que estoy diciendo, no existe, es el mayor de todos los engaños que existen dentro de la iglesia hoy, la idea de un billete en el bolsillo que te garantiza, que te asegura que ya estás listo. La garantía nuestra es una, permanecer en Cristo. Juan 15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. La fe no es una cosa sólo para el día en que creíste. No es, creí y ya fui salvo. La salvación sigue, la fe es de continuidad. Creíste y seguís creyendo. Y buscas creer más, esto es la fe. Entonces librémonos de ideas de este tipo, porque estas ideas llevarán a muchos a la perdición. Esto es lo que va a suceder, esta profetizado por toda la escritura. ¿Qué hace el falso profeta? Promete paz, a donde no hay paz. Si uno no está andando en los caminos de Cristo como Cristo propuso, yo no tengo el derecho de decirle: Vete en paz, no puedo. No debemos ni creer ni hablar esto.

Miren la explosión que viene en el verso 14.

14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

 

Antes de venir el fin, la iglesia pasa por una depuración total, y también pasa por un crecimiento. Hermanos ¿saben lo que necesitamos? Necesitamos persecución, en toda la historia, siempre que la iglesia fue perseguida hubo mucha más santidad, mas predicación del evangelio, conversiones, siempre fue así. Hay gente que vino a Brasil, uno que vive en un país de África, un lugar donde hay serpientes, escorpiones y todo, casi un desierto. Y vino a Brasil y estuvo con la iglesia en algunas ciudades y cuando se iba alguien le dijo: bueno ahora volves a los escorpiones, y él le dijo: doy gracias al Señor que vuelvo a los escorpiones, porque yo prefiero las serpientes y los escorpiones que tenemos ahí, que ustedes que tienen Internet, la TV, y todo esto, yo no sé vivir con esto, no sé cómo ustedes viven, me voy y quiero estar tranquilo. Otro hermano de otro país que está bajo persecución, vino, vio todo y dijo: ¿Cómo ustedes hacen para ser santos sin persecución? no entiende. Debería decirle que el Señor es muy grande, y nos ayuda, y muchos también no hacen nada, y están muertos y piensan que están vivos. Esta es la realidad.

Mañana Más tarde, vamos a obedecer a Jesús en lo que él dice en el versículo 15.

15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)

Hermanos esta profecía vamos a ver mañana, más adelante, tiene sus complicaciones, y por ser complicada y por otros motivos pasamos años sin mirarla. Cuando yo entro en este tema el año pasado, dije ¿Cómo podemos andar sin la profecía de Daniel que Jesús dijo y puso ahí en su predicación? Dijo, ¿quieren entender lo que estoy hablando? Vayan a Daniel y lo estudian y por favor, entiendan. Vamos a pedir misericordia, vamos a leer la profecía y buscar que podamos entender.

Quería subrayar una sola cosita, para aquellos que están con Lucas 21 en la cabeza. Algunos dicen que ya se cumplió la profecía de Daniel 9, pero no hay registro, no hay datos históricos cuando surgió Antíoco Epifanes, que es uno que cercó Jerusalén, de que en este tiempo haya aparecido gente  diciendo yo soy el Cristo. Y como dice Jesús acá, por todos lados. Es la otra preocupación de Jesús, el lio va a ser tan grande que algunos se van a levantar y decir el Cristo soy yo, y van a engañar a muchos. Y el Señor dice no miren esto, porque cuando yo venga va a ser como un relámpago que sale del oriente y va hasta el occidente, no crean esto. Esto nunca sucedió en la historia humana, esta profecía de Jesús de que muchos se van a levantar al mismo tiempo diciendo que son el Cristo, esto va a suceder justo en este tiempo de la Gran Tribulación.

Quiero hacer un comentario del versículo 22.

22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

Quiero explicar porque yo creo que acá no está hablando de la salvación del alma. Está hablando de que nada se mantendría vivo. Lo que va a suceder va a ser tan fuerte que Dios dice, voy a acortar este tiempo, porque si no lo hago, no queda ni uno. ¿De dónde saco esta idea? De Pablo, en 1º Tesalonicenses 4:13 cuando va a hablar de nuestro encuentro, quiero decir que esta charla de Pablo con los tesalonicenses no es lo que siempre pensamos, del 13 hasta el verso 18. Esta biblia, dividida en capítulos nos ayuda a encontrarlos, pero nos confunde mucho. Cuando Pablo entra en el capítulo 5 está en el mismo tema y va hasta el verso 11 con el mismo tema.

13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.

16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

Este es el momento más glorioso de toda la historia, cuando veamos a nuestro Cristo y estaremos para siempre con Él. Nuestra mente no es capaz de imaginar ni un milésimo de lo que va a ser esta gloria.

La idea que Pablo quiere transmitir acá, según la palabra griega, no es nosotros los que estamos acá. La palabra es más fuerte como “los sobrevivientes” aquellos que no murieron. Porque se acuerdan que vimos en Apocalipsis que hay un número que Dios dice, quiero este número de muertos por mi Hijo, entonces es mucha muerte. Pablo dice, nosotros los que restamos, los que sobrevivimos a todo esto, nosotros seremos arrebatados.

Las grandes columnas de las profecías de la venida del Señor están en Lucas, Marcos y Mateo, y las cartas de Pablo a los Tesalonicenses y calzan muy bien con lo que dice Jesús.

Volvemos a Mateo 24. En el verso 28, Jesús termina de hablar de esta etapa y va a la próxima, que va a suceder inmediatamente después de la gran tribulación.

Cuarta etapa, verso 29: El sol y la luna se oscurecen.

29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.

Dos preguntas: ¿esto ya sucedió? No. ¿Esto sucede inmediatamente después de que? De la Gran Tribulación. Entonces hay una gran tribulación que está pegada al evento del sol y de la luna y todo esto. Si quieren más detalle van al 6to sello de Apocalipsis. El mismo evento esta relatado ahí.

Quinta etapa, verso 30: La señal del Hijo del Hombre en el cielo.

30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Habíamos dicho que era interesante que los discípulos preguntaran por la señal en singular. Es lo que estamos esperando. La señal es en el cielo. Esto se nos escapó por décadas, la primera vez que la tierra ve a Cristo, no lo ve acá en la tierra, ve la señal de Cristo en el cielo. Por esto él dice: Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Es un evento espectacular, visible en toda la tierra, la señal de Cristo. Hay textos que hablan de la Gloria de él, viniendo con los ángeles ahí. Esta señal es la que esperamos más que todo, por esto esperamos.

Imaginen la situación, la Iglesia está bajo persecución (después vamos a ver que los judíos también) y el mundo piensa que finalmente está terminando con esta raza y esta cultura judaico cristiana que cada vez más dicen que es la gran responsable por todos los problemas de la tierra, y hay gente por todos lados diciendo tenemos que terminar con esto.

Voy a contar lo que una hermana me contó en Salvador, que está haciendo una maestría, y uno de los profesores es homosexual, hay mucho de esto en Brasil. Están por todas partes, en las universidades, en las escuelas, consiguieron meterlos ahí. Esta gente va a la universidad para formar opinión. Entonces empieza a hablar de sí mismo, que es homosexual, que es  bueno, y usa las clases para predicar sus teorías. Entonces esta hermana dice: callada no puedo estar, ¿Cómo me voy a callar? Yo estoy negando a Cristo si me callo. Y empezó a discutir con el hombre. Y fue al punto exacto porque le dijo: la propaganda de ustedes tiene algunas palabras claves: tolerancia, minoría, y reclaman que quieren ser aceptados y tolerados. Pero ustedes no nos toleran a nosotros, ustedes no toleran a los cristianos. Ustedes están por todas partes, en las escuelas, en las universidades, en el congreso, en los medios, están ahí para hablar mal de la biblia y de los cristianos. Y la respuesta del profesor fue: es verdad, no queremos saber de ustedes, es más, vamos a terminar con ustedes. Nuestro deseo es terminar con ustedes. Y te digo más, yo no hablo acá por mí mismo, yo formo parte de un plan, soy uno de muchos, que estamos entrenados para hacer lo que estamos haciendo y vamos a terminar con ustedes.

La última etapa de las profecías de Jesús está en el verso 31, que es lo mismo que leímos en Tesalonicenses.

31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

Una aclaración, hay muchas escuelas que dicen que todo lo que leímos no es para la iglesia, sino para los judíos. No puedo imaginarme como sería esto si Jesús está diciendo vosotros, vosotros, siempre está hablando a los discípulos. Ya no está hablando con los judíos. Se acuerdan que la charla de Jesús con los judíos se terminó cuando él dijo: Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor. (Mt 23:39) y ahí empieza a hablar con los discípulos. Entonces todo esto que leímos es para la Iglesia. Algunos dicen que son los judíos que se convirtieron durante la Gran Tribulación y que son arrebatados. Si fuera así no hay dos resurrecciones, debería haber tres.

La palabra escogidos, es la palabra griega electos, que es usada en el Nuevo testamento sólo para la Iglesia. Acá está el arrebatamiento, el encuentro, el rapto. Se produce en la sexta etapa.

Jesús termina la profecía acá, y empieza otra vez con algunas amonestaciones, con algunos avisos. Esto no quiere decir que todo termina acá. Hay mucho que tiene que acontecer después de este versículo 31. Esto está en Apocalipsis, en el Antiguo Testamento.

¿Qué viene después de este último evento que Jesús habla? Jesús para de hablar acá porque él está hablando a la Iglesia. Y los discípulos le preguntaron sobre su venida y nuestro encuentro con él. Este es el tema, el expone el cuadro y cuando le encontramos él no habla más del futuro.

Hay algo muy importante para comparar Mateo 24 con Joel 2, yo quiero decir que en la medida que estamos en la línea del tiempo, tenemos que ir buscando eventos notables que están ahí, y prestar atención a lo que dice que viene antes y qué viene después de este evento.

Nosotros leímos sobre un evento muy importante que muchos profetas, principalmente Isaías, hablan de este evento, también está en Apocalipsis y también está en la charla de Jesús. Este evento tiene que estar marcado en nuestra cabeza. Va a haber un dia, una hora, antes de la señal del Hijo de Dios, que Jesús lo dijo clarísimo acá en el versículo 30, el sol oscurecerá. Después vamos a tomar otras profecías que hablan de esto y vamos a ver que dicen, algunas agregan cosas.

¿Qué más podemos dejar marcado en nuestra mente? La Gran Tribulación. Jesús dijo que el sol se oscurecerá inmediatamente después de este evento. Esto nos va a ayudar a tener un mapa mental y después podemos agregar cosas. Pero lo principal lo estamos sacando del sermón del monte de los Olivos. De lo que dijo el Señor Jesucristo.

Podemos imaginar la escena, los cristianos y los judíos están siendo perseguidos, como dijo Jesús, la palabra en portugués dice seréis odiados por todas las naciones. Hoy se calcula que cerca de 150 mil cristianos son muertos cada año por la persecución. Jesús habla de esto sucediendo en todas las naciones. Entonces imagina, que empieza esta gran tribulación y estamos nosotros ahí ayunando y buscando a Dios para seguir perseverando hasta el fin.

Otra cosa que les estoy diciendo a los hermanos en Salvador, muy claramente para Jesús el momento de prepararse es hoy. No te imagines preparándote para una persecución en el momento que está empezando. Muchos ahí no van a resistir. Vamos a ver muchas profecías sobre esto, pero les digo prepárense hoy. El anteaño pasado esto estaba dándome vueltas y el Señor me preguntó: ¿Marcos estás listo para morir? ¿Podes dar tu vida por mí hoy? Déjame pensar, oré, consulté y respondí que sí. Y ¿estás listo para ser torturado? Y dije no, no estoy. De ahí en adelante yo oro al Señor que me prepare. Les voy a dar una clave para la hora de la persecución, para los jefes de familia. Cuando empiece dice que van a ser todos decapitados, una cosa que yo descubro que puede ser lo mejor que un jefe de familia puede hacer es que si viene uno a decapitarlo, le diga para, tengo acá a mi mujer, a mis hijos, por favor corta la cabeza de todos que nos vamos todos juntos. ¿Estamos preparados? Muchos hermanos están sufriendo, ¿porque nosotros no? Hermanos prepárense hoy.

Yo tengo esperanza que mi generación va a ver todo esto, pero ustedes prepárense, posiblemente el Señor va a llamar a muchos de ustedes para que sean mártires. Y la hora de prepararse es ahora, la hora de buscar a Cristo, de buscar fidelidad, de llorar, de estar ahí con temor y temblor delante de Dios, es ahora.

Pero miren lo que nos dice Jesús que nos llena de esperanza. En Lucas 21:28 cuando habla del sol, de los problemas climáticos, dice 28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca. ¡Nuestra salvación está ahí, a la puerta! Lo que Jesús está queriendo acá es que no nos engañemos y tengamos espíritu de resistencia, de perseverancia, que nos va a preparar para todo. Y él dice mira, persevera, persevera, persevera, porque en medio de esto va a haber un cataclismo, imagínate la tierra entera oscura, no hay sol, no hay luna, no hay estrellas. Cuando vas a Apocalipsis, ves que hay terremotos por toda la tierra, las islas salen de su lugar, hay una conmoción total en la naturaleza en este momento. Esta el hombre mirando ahí que pasa, y en medio de toda esa oscuridad, todo está oscuro, y aparece en el cielo Jesús, en su gloria, con los ángeles. Y él dice: ¡esperen por esto, vayan hasta el fin, perseveren, porque esto va a suceder y yo voy a venir en Gloria! Y cuando yo venga, los traigo a todos ustedes para estar conmigo para siempre.

Oh amado Señor, somos frágiles, somos pequeñitos, pero ¡qué grande es tu Gloria, qué grande es tu Poder! Gracias Señor, por tus palabras, por tus amonestaciones, tus consolaciones. Cómo nos tomas de la mano y nos dices que nos quieres. Señor gracias, gracias. Haznos preparados para perseverar, sin tribulación, con tribulación. Necesitamos aprender esta perseverancia, de amarte por sobre todo, que no permitamos que nada entre y compita con el amor hacia ti. Danos esta gracia. ¿Cuántas veces vamos a decir que somos frágiles Señor? Tú lo sabes, lo sabemos. Pero tu mano, tu gloria, tu rostro. Señor queremos estar como Job, que en medio de los sufrimientos dijo, Yo sé que mi Redentor vive, y por fin se levantará sobre la Tierra. Queremos verte Señor, humilde, sencillo Salvador, queremos verte arriba de todo, y todo el mundo viendo tu Gloria. En este día que la palabra dice que tú vas a ser admirado en los que creyeron. Queremos que el mundo se admire de ti al ver nuestras vidas frágiles siendo mantenidas por ti para tu Gloria. Te pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

 

 

 

 

Las 70 Semanas De Daniel

Traducción y Transcripción: Sofía Leegstra

Estábamos ayer con Mateo 24. Ya les dije, yo pienso que ha sido quizás el mayor error, en nuestra búsqueda, hacer un esfuerzo para poner a un lado la profecía de Daniel. Yo nunca había percibido que Jesús nos habla del futuro, y en el medio del mensaje, habla de Daniel. Entonces, vamos a leer Mateo 24:15.

“Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),…”

Todo lo que dice antes yo lo veo muy unido a esto, porque comienza diciendo “Por tanto”. O sea, si es así como yo digo, hay que mirar a Daniel. Y estoy de acuerdo con lo que un hermano me dijo hoy a la tarde: de aquí en adelante está detallando más lo que ya dijo. Y es muy probable que sea así. Ahora apunta a Daniel, y comienza a decir qué va a suceder. Daniel dijo algo, pero Jesús, por sobre lo que dijo Daniel, va a decir más cosas. Entonces, leímos el vers. 9 que dice “seréis atribulados”. En el 21 habla de la gran tribulación, y en el 29 dice “inmediatamente después de la tribulación”. Para entender este cuadro, es un error querer seguir adelante sin leer a Daniel. Ninguno de uds. huyó de las clases de matemática, ¿verdad? Porque la vamos a necesitar. Pero es una matemática muy sencilla. Iremos entonces adonde Daniel habla de “la abominación desoladora”. Encontraremos en Daniel tres referencias a la abominación desoladora. Primeramente vamos a leer Daniel 11:31. En Daniel 11 hay una profecía larga, con muchas cosas, y en medio de la profecía hace referencia a un hombre, que no se sabe quién es, pero se identifica muy claro cuando llega al vers. 31.

“Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se contristará, y volverá, y se enojará contra el pacto santo, y hará según su voluntad; volverá, pues, y se entenderá con los que abandonen el santo pacto.

Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora”.(11:30-31)

Aquí relaciona este tema con una persona. Profetiza la profanación del santuario y el cese del sacrificio continuo. ¿A qué se refiere? Hoy no hay más templo, no hay más sacrificio. Y a esa profanación la llama abominación desoladora. Después hay otra referencia en la que apenas se menciona. En el cap. 12:11.

“Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.” VER!!!!!!

Daniel se refiere aquí a algo que ya dijo. Entonces buscaremos dónde comienza con el tema. La primera vez que habla de la abominación desoladora, lo hace con mucho más detalle que en los pasajes posteriores. ¿Dónde está esa primera vez? En el capítulo 9:24-27.

“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.

“Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

“Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.

“Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.”

En el vers. 24 habla de 70 semanas. Tenemos que comenzar allí. La profecía de las 70 semanas es conocida por todo el que busca estudiar la venida del Señor. Hay 489 escuelas diferentes, pero casi todas buscan comprender esta profecía. Primer dato que tenemos que ver: La palabra que aparece traducida como semana, es la palabra hebrea shabua. Shabua es un grupo de 7. No es necesariamente, como estamos acostumbrados, 7 días. En hebreo, shabua pueden ser 7 días o 7 años. No hay ninguna mención en la Biblia de 7 meses. Por ejemplo, en Levítico 25:8 hay una referencia interesante que nos ayuda a entender qué es una semana para ellos.

“Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años.”

En esta profecía se refiere a semanas de años. El contexto nos obliga, no existe la menor posibilidad de que sean 70 semanas de días. Son 70 semanas de años. O sea, la profecía cubre un período de 490 años. Segundo dato importante. Puede ser nuevo para algunos. Pero yo procuré poner la base. Dice: “70 semanas están determinadas sobre tu pueblo”. ¿Daniel pertenecía a la Iglesia? ¿Cuál era el pueblo de Daniel? Israel. La profecía se refiere a 490 años del futuro de Israel. Entonces, tenemos shabua y tenemos “tu pueblo”.

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Esta línea azul representa los 490 años. Cuando llegan los 490 años, ¿qué sucede? El resto del vers. 24 dice: “…para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.”

Al final de los 490 años, lo que está escrito aquí es lo que va a cumplirse en el pueblo de Daniel, que es Israel. Todo esto para nosotros ya esta aplicado, pero para Israel como nación…. Recuerden que Pablo dice: “entonces vendrá de Sión el libertador, y quitará sus pecados”. Pablo está hablando del futuro de Israel, como leemos en Romanos 11:25 en adelante. ¿Dónde comienza a contar los 490 años? ¿En el mismo día de la profecía? Observen: “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén…” Allí comienza la profecía, los 490 años comienzan a correr. Este es el punto cero. Y el punto final es el cumplimiento del vers. 24. “Desde la orden para restaurar Jerusalén…” ¿Cuándo sucedió eso? En Nehemías 2:1-8 describe muy puntualmente la orden dada por Artajerjes. Ese es el punto inicial. Los historiadores lo ubican en el año 445 a.C. ¿Qué sucede? Desde la orden para restaurar y edificar Jerusalén hasta el Mesías Príncipe habrá 7 semanas y 62 semanas. No explica aquí por qué está dividiendo las primeras 69 semanas en 7 más 62. Yo puedo especular que las primeras 7 semanas serían para edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Puede ser. Pero él no lo aclara. Dice que desde Artajerjes hasta el Mesías son 7 semanas más 62 semanas. En el vers. 26 dice que, después de las 62 semanas, se quitará la vida al Mesías. O sea, desde Artajerjes hasta la cruz de Cristo, son 483 años. Algunos a quienes les gusta la matemática ya percibieron que hay un problemita. Pero vamos primero a poner nuestra identificación en el cuadro. Se quitará la vida al Mesías a los 483 años de la profecía. Si tenemos en cuenta que Jesús murió con 33 años, ¿por qué 33 años más 445 son 478, y no 483? El problemita se resuelve fácil. Restando 483 menos 445, Jesús tendría que haber muerto con 38 años. Allí está la diferencia. ¿A qué se debe? El calendario gregoriano con el cual se ponen las fechas, tiene 365,2421 días por año. Y el calendario hebreo es siempre de 360 días. Yo hice hasta acá, no me interesa más hacer cálculos. Pero un día estaba en Salvador y presenté este gráfico. En el intervalo, un chico me dice: “-Yo calculé exactamente esto que dices”. Bueno, yo ya lo sabía, sin calcular. ¿Por qué? Muy sencillo. La Biblia dice que ese es el tiempo entre Artajerjes y la muerte de Jesús. Entonces, de alguna manera tiene que caber. Cualquiera de ustedes que  guste de la matemática, haga el mismo cálculo.

Una revisión rápida para mentes rápidas: Shabua, siete años. 7 veces 70 son 490 años. La profecía es para el pueblo de Israel, de una duración de 490 años. Empieza con la orden de Artajerjes para reedificar Jerusalén, y habla de 7 más 62 semanas. Son 483 años hasta que sea muerto el Ungido. ¿Y dónde está la última semana? Faltan 7 años. Así que vamos a seguir leyendo para ver si lo que dice aquí sucedió inmediatamente después de la muerte de Jesús: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario”. Algunos dicen: “Aquí está hablando de Tito“. ¿Es posible? En principio sí. Pero Tito no vino al día siguiente de la muerte de Jesús. De cualquier manera, la semana está allí con lo que les traté de mostrar: el llamado efecto montaña. Evidentemente, aquí la profecía se detiene en el tiempo. Recuerden que es para Israel. La profecía se cumplió hasta la semana 69°. Lo que ocurrió después de la muerte de Cristo no coincide con la 70° semana. ¿Por qué? Porque esa semana no es continua en el tiempo, como espero que hayan visto en el video. Por eso tenemos un problema aquí. Pero si ya sabemos que la última semana no coincide con lo que ocurrió enseguida, sabemos que ocurrirá en algún momento en el futuro. ¿Acompañaron el razonamiento? Si para ustedes es extraño, es necesario comprender el efecto montaña. Volvemos al vers. 26.

”Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.”

En términos cronológicos, no nos ayuda aún. El 27 dice “y por otra semana confirmará el pacto”. La traducción portuguesa dice: “Él hará firme pacto con muchos”. Ya vimos que están faltando 7 años. Vamos a leer todo el vers. 27.

 “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.”

Aquí está la semana que falta. Vendrá alguien que hará un pacto con muchos por una semana (shabua): son los 7 años que faltan en la cronología que tenemos. En la vs. King James dice: ”y él confirmará el pacto con muchos por una semana”; en la NVI: “Entonces él confirmará un pacto con muchos por otra semana”. Me parece un poco mejor que la R.V. Está hablando de la misma persona del vers. 26. Un príncipe de un pueblo que habrá de venir, hará un pacto con muchos por 7 años. ¿Qué más dice? A la mitad de la semana, o sea, 3 años y medio después, hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después, con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador. Aquí tenemos la referencia más amplia a lo que Jesús dijo de Daniel. La abominación desoladora está dentro de una profecía bastante detallada, “hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”. Tenemos aquí evidentemente un salto en el tiempo. Estas cosas no sucedieron inmediatamente después de la muerte de Jesús. Y no han sucedido aún. Entonces sucederán en el futuro. Me parece que tiene mucho que ver la interrupción del trato de Dios con los judíos cuando Jesús en Mateo 23 dice: “De ahora en adelante no me veréis más”. Y la profecía se interrumpe, porque dos días después, Jesús muere. Y se interrumpe el trato con el pueblo de Israel. Porque empieza el tiempo de los gentiles, para que ellos puedan entrar en el Reino de Dios. Comienza ahora todo el desarrollo de la historia de la Iglesia de Jesús. Cuando Dios termine su trato con la Iglesia, comenzará a tratar otra vez con su pueblo terrenal, Israel. Allí el cumplimiento de la profecía se reanudará.

Insertar gráfico 2

Vamos a ver la septuagésima semana. El cuadro anterior era sobre las 70 semanas. Este cuadro es representativo de la última semana, que son 7 años. Comienza cuando el príncipe “confirmará el pacto” como dice en el vers.26. Pero la palabra en hebreo es más fuerte, es la palabra gabar, que tiene el significado de prevalecer. Da la idea de vencer por la fuerza. Pueden investigarlo. Significa más que una sencilla confirmación del pacto. Allí comienza la última semana que faltaba. Cuando se hace el pacto. A la mitad de la semana, está representado gráficamente lo que ocurre: “Él hará cesar el sacrificio y la ofrenda”. También está en 11:31 y en 12:11. Los tres textos hablan del fin del sacrificio. ¿Dónde? En el templo. ¿De quién? De los judíos. Tenemos tres años y medio más tres años y medio. Comienzan a aparecer otras profecías, que hablan de 1.260 días, 42 meses, o un tiempo, tiempos y mitad de un tiempo (Daniel 7:25). Todas ellas muestran cosas sucediendo. Y ves que encaja perfecto con esta profecía, como refiriéndose a la segunda parte. Todo esto se refiere a la segunda mitad. Hasta el fin, donde relata la destrucción de ese hombre, en el v.27. Pablo lo relata en 2a. Tes.2:8:

“Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida.”

Entonces, este versículo se refiere a la destrucción del hombre de iniquidad. Leamos Apocalipsis 19:20:

“Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.”

A esta última semana, casi estamos obligados a pensar que es a lo que Jesús se refería al decir: “Mira a Daniel”. Cuando Jesús habló, las primeras 69 semanas ya habían sucedido. Hay un dibujo que puede ayudar. Algunos dicen que la última semana de 7 años ya sucedió, porque hubo un hombre en la historia llamado Antíoco Epifanes. Acá está la línea de la historia. La historia cuenta que lo que hizo es muy semejante a la profecía. Dicen que fueron 7 años en los cuales Jerusalén estuvo sitiada. En la mitad de los 7 años él entró e hizo el sacrificio de una cerda. La historia parece cumplir la profecía. Cuando Daniel da la profecía, fue mucho antes de Antíoco Epifanes. Pero luego en la historia tenemos a Jesús, mucho tiempo después. Y Jesús sigue poniendo este suceso en el futuro. Todo lo que Jesús profetiza en Mateo 24 es sobre el futuro, obviamente. Y para entender lo que él profetiza, nos manda a leer a Daniel. La septuagésima semana está en el futuro de Jesús, no en su pasado.

También algunos dicen que se cumplió con el General Tito en el año 70 d.C. Pero tampoco puede ser, porque el sitio de Tito con el ejército romano fue de 5 meses, y no se cumplieron los detalles de la profecía. Esto quiere decir que la semana final se cumplirá en el futuro. Ahora me gustaría abrir a preguntas. Antes de que podamos ir adelante.

Tengo una preocupación por el pretribulacionismo. Algunos nunca lo estudiaron, ni saben cómo defenderlo, pero lo tienen metido en la cabeza sin saber. ¿Qué es el pretribulacionismo? Es una teología que surgió en el año 1830. Antes no aparece. No está en la historia de la Iglesia, ni en los reformadores. No está en la didaké de los padres de la Iglesia. Y nace en Inglaterra con un hombre llamado Darby, quien fue muy influenciado por un sueño o visión de una chica católica llamada Margaret. Para él ese sueño confirmaba todo lo que creía. Y armó toda una teología de la venida del Señor, que hoy es conocida como pretribulacionismo. Después Darby fue a Norteamérica, y logró convencer a un hombre muy conocido llamado Scofield, que tenía mucha aceptación en la iglesia evangélica allí. Luego Scofield escribió una Biblia llena de anotaciones para defender las ideas de Darby. Básicamente, el pretribulacionismo dice que cuando comience la última semana, la Iglesia será arrebatada del mundo secretamente. Nadie verá a Cristo. Nadie sabrá adónde fueron los cristianos. La iglesia será quitada y no pasará por todo el período de persecución del Anticristo. Entonces, al final de la semana, Cristo vendrá, y nosotros con Él. Nosotros creíamos así. Pero Iván nos derrumbó la teoría solamente mostrándonos 2a Tesalonicenses 2, que leímos ayer. Allí dice que antes de su venida y de nuestro encuentro con el Señor, vendrá la apostasía y se manifestará el hombre de iniquidad. Se nos desplomó todo. Estuve 3 años diciendo “Pero, ¿cómo?” Porque tenía todo muy bien ubicado.

Hoy yo pienso que el primer engaño a la Iglesia es la idea del ticket o boleto de salvación. El segundo engaño fuerte es la idea del pretribulacionismo. Porque miles en el mundo están recibiendo esa enseñanza. Que van a ser arrebatados, porque la Iglesia es la amada de Dios, y no puede pasar por el sufrimiento. Creen que todo lo que Jesús dijo en Mateo 24 se aplica a los judíos, la Iglesia no va a estar aquí, porque somos la niña de sus ojos. Yo pienso que justo es esta idea la que puede llevar a miles a la decepción. Predican con fuerza que seremos arrebatados. Pero cuando venga el Anticristo, y suceda todo lo que Jesús dijo, muchos serán totalmente decepcionados, diciendo: “Me engañaron! ¡Me engañaron! No entiendo nada.” Por eso yo hablo del problema del pretribulacionismo.

Hoy empezamos con 2a Tesalonicenses 2. Y tenemos mucha otras pruebas de que el arrebatamiento antes de la venida del Señor no se producirá. Mientras tanto, vamos a seguir con la línea del tiempo. (gráfico) Allí está la septuagésima semana, en el futuro. Todos le llaman “el tiempo del Anticristo”, “la manifestación del Inicuo”. Se está refiriendo a la última semana. Jesús cuando habla en Mateo 24 no dice que viene después del vers. 31. Esto lo encontramos en otras partes. Yo les pedí que leyeran algunos textos del Antiguo Testamento. ¿Cuál es la nota de todos esos textos? El día de la ira, el día del Señor. Hay varias expresiones diferentes para hablar de ese día. Vamos a leer 1a Tes.5. Recuerden que la división de capítulos puede complicar nuestro entendimiento. El tema de la venida del Señor es desde el 4:13 y sigue en el capítulo 5. Para confirmar leamos el 5:1-3.

5:1 Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba.

5:2 Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;

5:3 que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.

Al final del vers. 2 dice: “el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”. ¿A qué se está refiriendo? Sé que la idea de que Jesús viene de sorpresa está allí. Vamos a llegar a ese punto luego. Pero quiero decir que continúa el tema del futuro. No termina con el capítulo 4. Él sigue hablando: leamos el 5:9:

“Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,”

Yo siempre leí este versículo totalmente fuera del contexto. Entonces siempre interpreté que la ira de la cual somos salvos es el infierno, la condenación. Bueno, aunque fuimos salvos y ya no hay condenación, no es de lo que está hablando. Se refiere aquí al día de la ira del Señor. Y es de esa ira que Cristo nos librará. Del día de la ira. Por favor, leamos del vers. 4 en adelante:

5:4 Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón.

5:5 Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.

5:6 Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.

5:7 Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.

5:8 Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.

¿Qué es lo que Pablo está intentando explicar? Los tesalonicenses tenían dos dudas. Primera: “Pablo, nos dijiste que íbamos a encontrar a Jesús, pero muchos de los que estaban entre nosotros se murieron. ¿Y cómo va a ser? No van a poder encontrar a Jesús”. Es la pregunta que Pablo responde en el vers. 4:13: “No queremos hermanos que seáis ignorantes con respecto a los que duermen”. Segunda: “El día de ira, ¿cómo va a ser? ¿Tenemos que prepararnos para el día de ira?”Es el tema que él sigue enseñando en el capítulo 5. Todo el contexto del capítulo 5, del 1 en adelante, es sobre el día de la ira. Y dice que nosotros seremos librados, salvados de pasar ese día. Yo lo veo así hace años. Y era un problema que discutía con cualquier pretribulacionista. ¿Por qué? Los pretribulacionistas dicen que los 7 años son los años de la tribulación y de la ira de Dios. Esta semana es la tribulación y la ira de Dios. Y como nosotros somos Iglesia, no podemos estar bajo la ira de Dios. Ellos usan lo que leímos y Apocalipsis 3:10, que dice que la Iglesia se va a salvar de pasar días terribles que vendrán. También confirma lo que Pablo está diciendo aquí. ¿Cómo lo arreglamos? Lamentablemente no tengo el video para mostrarles, pero ayer vimos que hay un punto fundamental: el sol oscureciéndose. Jesús dijo que sería principio de dolores, y después vendría la tribulación. Después el sol se oscurece, cuando termina la tribulación. Él dijo: “e inmediatamente después de la tribulación, el sol se oscurecerá”. Después aparecerá la señal del Hijo del Dios, y la Iglesia será arrebatada. Entonces, ¿cómo puede la Iglesia pasar por tiempos de ira? La verdad es que no pasará. Es muy claro con la lectura de Joel 2:30-31.

2:30 Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.

2:31 El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová.

La tribulación, dijo Jesús, será antes del evento del sol. Y el día de ira, el día de la venganza sucederá después de que el sol oscurezca. Como ven, no estamos montando un montón de cosas e interpretación. Estamos tomando puntos que están escritos de forma literal, y los ubicamos. Así que la septuagésima semana está en el futuro, aún no ocurrió. Comenzará con un pacto que el Inicuo hará con muchas naciones. A mitad de la semana, él romperá el pacto. Y después vendrá la persecución que Jesús dijo en Mateo 24 hasta el vers.28. La tribulación está pegada al siguiente evento, el sol que oscurece. Y después que el sol se oscurezca, la ira del Señor viene. Pero la iglesia ya no está, porque cuando sol oscurezca, Jesús dice: “aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre”. Luego se produce el arrebatamiento en el vers. 31. Y después de esto Dios hace dos cosas: derrama su venganza sobre la tierra, y en este período derrama también su castigo más fuerte y violento sobre Israel. Israel sufre el día de la ira. Y ahí, bajo esa presión, y viendo a Jesús en el cielo, los judíos que quedan dicen: “¡Es Él, estábamos engañados!”. Y se convierten allí bajo esa tremenda presión del día de la ira, que coincide con todas las copas de Apocalipsis. Tiene que ver con la ira de Dios. Hay muchos textos en el A.T. que hablan de la ira de Dios contra la tierra. Pero hay muchos textos que incluyen a los judíos en el momento de la ira de Dios. Yo leí las confirmaciones de Romanos 11 y Hechos 1, que va a volver el Reino aquí en la tierra a Israel. Lo leemos en el N.T. Hay muchísimas profecías, pero me gustaría leer Zacarías 12. Muchas partes de esta profecía, si son interpretadas fuera del contexto, toman un significado totalmente distinto. Así que tenemos que ver el contexto, desde el comienzo del capítulo 12.

12:1 Profecía de la palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová, que extiende los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él, ha dicho:

12:2 He aquí yo pongo a Jerusalén por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor contra Judá, en el sitio contra Jerusalén.

Está diciendo que Jerusalén será el centro de un gran conflicto nacional e internacional. El sitio de Tito solo tenía una nación involucrada: aunque los soldados pertenecían a las naciones conquistadas, el ejército era romano, comandado por el general Tito, hijo del emperador Vespasiano.

12:3 Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella.

Está hablando de una conflagración internacional total. Y no solamente de los que estén alrededor. ¿Esto puede ser algo que ya ocurrió? Les diré el primer argumento de por qué no: porque esta profecía habla de castigo y de victoria. No hubo en la Historia una batalla donde Jerusalén fuera sitiada y obtuviera victoria en la forma que dice acá. Jerusalén no fue sitiada en el año 1967. Comenzaron una guerra para llegar a Jerusalén (Guerra de los seis días), pero no llegaron. Al contario, fueron los judíos los que conquistaron Jerusalén. Fueron a defenderse, y terminaron conquistando la Santa Ciudad.

12:4 En aquel día, dice Jehová, heriré con pánico a todo caballo, y con locura al jinete; mas sobre la casa de Judá abriré mis ojos, y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera.

12:5 Y los capitanes de Judá dirán en su corazón: Tienen fuerza los habitantes de Jerusalén en Jehová de los ejércitos, su Dios.

12:6 En aquel día pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos alrededor; y Jerusalén será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén.

Profetiza aquí de una batalla contra todas las naciones, en la cual Jerusalén sale vencedora. Aún no ocurrió tal cosa.

12:7 Y librará Jehová las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá.

12:8 En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén; el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como David; y la casa de David como Dios, como el ángel de Jehová delante de ellos.

¡Mira a Dios dando toda la fuerza a Israel para vencer en la batalla!

12:9 Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vinieren contra Jerusalén.

12:10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

Aquí se profetiza la conversión de Israel. Ellos están bajo una tremenda presión. Ya pasaron no se sabe cuántos días bajo la ira del Señor, y ven la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y se arrepienten; reciben espíritu de llanto, espíritu de arrepentimiento, miran a Aquel a quien traspasaron, y lloran por el Hijo de Dios.

12:11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido.

12:12 Y la tierra lamentará, cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres por sí;

12:13 los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí;

12:14 todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí.

Hay una descripción, como diciendo “Miren, estoy hablando de Israel, del pueblo judío, que tiene tribus”. Y sigue:

13:1 En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia.

Aquí se cumplirá el vers. 24 de la profecía de Daniel, que hoy es aplicado a la Iglesia, pero habrá un momento en que la obra de Cristo que permite arrepentimiento, conversión y el perdón de Dios, será aplicada al pueblo terrenal de Israel. Es lo que dice aquí, y en Daniel 9.

Leamos ahora Jeremías 31. Cuando Dios habló por medio de los profetas, ¿a quién se dirigía? A Israel. Eran rebeldes, tardos para comprender, pero era Israel. ¿Es posible que Dios prometa algo a un pueblo, a una nación, y después no lo cumpla? No puedo imaginar a Dios así. Miremos lo que dice en el vers. 35 (Jeremías 31:35-36)

31:35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:

31:36 Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.

¿Qué significa? Para que Israel deje de ser nación delante de Jehová eternamente, tendrían que fallar primero todas las leyes de la naturaleza.

31:37 Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová.

¿Qué dice el Señor? ”Yo voy a rechazar toda la descendencia de Israel…”  ¿Cuándo? “¡Nunca!”. Es lo que quiere comunicar. Dios está comunicando cómo es su corazón en relación a su pueblo Israel aquí en la Tierra. Dios nos hace promesas para no cumplirlas. Él tiene su corazón en este Pueblo.

31:38 He aquí que vienen días, dice Jehová, en que la ciudad será edificada a Jehová, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Ángulo.

Ahora da detalles físicos de la cosa. No hay cómo encontrar alegorías aquí. La alegorización se debe hacer cuando no haya ni una sola posibilidad de interpretación literal. Es la única forma. Pero lo que podemos ver literal, lo vemos literal.

31:39 Y saldrá más allá el cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb, y rodeará a Goa.

31:40 Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será santo a Jehová; no será arrancada ni destruida más para siempre.

 

 

Tres Parábolas Para El Fin

Traducción y transcripción: Jeremías Garay Labra

 

Yo estaba sentado mientras alabábamos, y mi corazón decía: “-Señor, son tan serias estas parábolas que sería bueno que Tú estuvieras aquí hablándolas.” Y le pregunté:

“-¿Habrá alguien acá semejante a Ti, al que nosotros pudiéramos asignar para leer?” Y vino a mi corazón inmediatamente: Bentley. ¿No serán los niños los más parecidos a Jesús?

¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,
vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 
y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.  (Mt 24:45-51)

 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: !!Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.( Mt 25:1-13)

Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;  por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.  Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.  Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.  Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.  Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.  (Mt 25: 14:30)

¡Cuántas palabras!

Bendito Señor, hemos oído una vez más tu voz, tu Palabra. Ahora te decimos que necesitamos la gracia del Espíritu, la unción del Espíritu para entenderlas y para vivirlas. Ayúdanos una vez más esta noche, Señor. En el nombre de Jesús. Amén.

No sé si podremos ver en detalle cada parábola. Lo que viene a mi corazón para compartir sería algo sencillo, en el sentido del cuadro que las tres parábolas forman en conjunto. Las tres tienen algo que decir. Por supuesto que cada parábola es especial, pero en lo que yo quería poner atención es que tienen elementos comunes, que están en paralelo.

Podemos llamar a la primera la parábola del siervo fiel, aunque después aparece un siervo infiel y malo. La segunda se refiere a diez vírgenes, y la tercera se refiere a un inversor, a un hombre que posee negocios y asigna tareas y emprendimientos a los que están bajo su autoridad.

1) En las tres parábolas hay una misión dada por alguien. Alguien (en las de las 10 vírgenes no se ve tan patente) espera algo de otras personas. Y ese alguien se va. En las tres parábolas, la persona importante de la parábola se ha ido.

2) Se sabe que la persona que se ha ido, volverá en algún momento.

3) Lo que hemos hablado en estos días, y es la percepción o la realidad de que esa persona está tardando. Veamos el vers. 48: “Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir…”

El siervo recibe una tarea, y el que se la encomendó se va. Se sabe que el amo vuelve, pero alguien dice que el amo se está tardando. Y ese alguien tiene algo malo en su corazón.

La segunda parábola, en el v.5 dice: “y tardándose el esposo.” O sea, no es ilusión  que se está tardando, es una realidad. Y la última parábola, en el v.19 no dice “tardar” pero dice “después de mucho tiempo”. ¿No les parece que es justo el tema que estamos hablando estos días?

4) La cuestión de que todo se relaciona con el destino eterno. Por ejemplo, en la primera, v. 47: El destino eterno del siervo fiel:De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.” Y el 51, el destino eterno del siervo malo: “y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes”.

En la parábola de las diez vírgenes, el v.10: el destino eterno de las prudentes:

“Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.”

El destino eterno de ellas eran las bodas. ¿Y las demás? Al final del v.10, dice que se cerró la puerta, que ellas quedaron afuera y comenzaron a clamar, pero el Señor dijo: “De cierto os digo que no os conozco.”

En la última parábola también está el destino eterno de aquellos que invirtieron sus talentos:

“buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”

¿Cuál fue el destino eterno del siervo inútil?  v. 30: “Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.Hay dos actitudes diferentes en el grupo que está esperando. Y hay un destino eterno conforme a esas actitudes. Lo que me llama la atención aquí es que importa más, no lo que hacemos si Jesús viene mañana, sino qué hacemos si percibimos que está tardando. Imaginen si entran veinte ángeles muy poderosos aquí, y dicen que el Señor viene la próxima semana. ¿Qué proyecto tendrías? ¿Qué ocuparía tu mente y tu corazón si supieras que Jesús vuelve dentro de una semana? Imagínatelo un poco, ¿qué harías? ¿Cómo? Yo creo que todos tenemos una respuesta parecida: ¡una semana muy espiritual de cinco virgenes muy valientes! Pero las parábolas están diciendo que Él espera de nosotros esa misma actitud, aun así Él se demore veinte años.

Señor, necesitamos de la operación de tu Espíritu, porque tu palabra dice: “El Espíritu y la novia dicen ven”. Entonces, es una obra que sólo tu Espíritu puede hacer: que nuestros corazones estén con expectativa de tu Venida. Pongamos ahora nuestra atención en el tema del destino eterno. Leamos Mateo 10:28:

 “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.”

 Hablemos un poco del infierno. A nadie le gusta hablar de él. El infierno y otra palabra están muy relacionadas: El temor. No pienses que te hace mal acordarte del infierno. No hace mal, hace bien. No tengas miedo de tener miedo del infierno. Yo tengo miedo del infierno, y no tengo miedo de tenerlo. Cuanto más tenemos conciencia del pecado, de la justicia y del juicio, proporcionalmente mayor es nuestro amor a Dios. Es una proporción casi matemática. Es proporcional, pues Jesús dijo al fariseo cuando la mujer lloraba a sus pies: “Al que poco se le perdona, poco ama. Al que mucho se le perdona, mucho ama”. Jesús no estaba diciendo que el fariseo tenía pocos pecados para ser perdonados, sino de la gran conciencia que la mujer tenía de la enorme misericordia de Dios, porque ella estaba conciente de su miseria. Y esta conciencia de miseria la acercaba a Cristo. Ella besaba a Cristo, porque sabía que no era digna. Yo pienso que la gracia siempre opera de esta manera. Si tú estás enfermo y no lo sabes, pasa el médico delante de tu casa y no lo llamas. Pero si estás con fiebre muy alta, estás pidiendo al médico que te atienda. Nuestro amor y nuestro reconocimiento de Jesús está muy apegado al tamaño de la conciencia que tenemos de que somos malos, de que nuestro corazón es malo, de que nosotros lo pusimos la cruz con nuestros pecados.

Nuestros pecados son personales, nosotros mismos los cometimos. ¿Cuán grande es tu conciencia de esto? Cuanto más clara es tu conciencia de que la justicia de Dios te hace digno de condenación, más fuerte en Cristo estarás, más agradecido, más deseoso de responderle bien. Entonces, nunca tengas miedo de mirar tu condición horrible en la carne, y ten conciencia de que hay algo que se llama Lago de Fuego,  que era para ti y para mí con toda justicia. Y añade temor de ir a ese lugar que nos tocaba, pues es lo que Jesús está diciendo: Temed, temed, temed.

 Hay una predicación de Keith Benson que escuché hace 30 años. Y guardé una frase: El débil que teme, no peca. O sea, no es tanto la debilidad lo que abre espacio para el pecado. Y acá Jesús no está hablando de pecados terribles. Lo que abre espacio para ser como las cinco vírgenes necias o para que uno entierre su talento, no es su debilidad, sino su falta de temor. A aquellos que veo temiendo y temblando, no temo por su futuro.

Veamos la palaba infierno. Muchas veces vas a encontrar en tu Biblia, en el Antiguo Testamento, la palabra infierno. Cada vez que la encuentres, táchala, pues está muy mal traducida. En cambio, cada vez que Jesús usa la palabra infierno, en el original es otra palabra que no aparece en ninguna parte del A.T., ni tampoco su correspondiente en hebreo. En el A.T. puedes encontrar la palabra Seol. Esta palabra es correcta, y no es una traducción, sino una transliteración de una palabra griega.

¿Qué es el seol? No es el infierno. Es la región de los muertos debajo de la tierra. Es la región que Dios destinó para los que mueren en el mundo. Dios dijo: A esta gente no la quiero cerca mío. Y los manda a todos bajo tierra. Vas a encontrar también en el N.T., fuera de los evangelios, la palabra infierno; táchala, porque también está mal traducida. Sólo hay una excepción en 2°Pedro, en que se usa otra palabra, pero todas las veces que aparece, es la palabra Hades. Si encuentras la palabra fuera de los evangelios, puedes tacharla y escribir debajo Hades. ¿Qué es el Hades? Es lo mismo que el Seol: la región de los muertos. Entonces, ¿qué es el infierno? Esto es lo más sorprendente de todo. Solo hay una persona en la Biblia que lo menciona: Jesús. Él creó esta palabra y la usó para referirse al Destino Eterno.

La palabra realmente ya existía, es gehena. Al sur de Jerusalén, en el valle de Hinon, habia un lugar donde los israelitas quemaban toda su basura. Toda la basura iba a ese lugar, incluso los cadáveres de los animales. Y ardía todo el tiempo con fuego. Fuego, fuego, fuego. Y basura, basura, basura. ¿Qué se hace con la basura? Al fuego. ¿Con lo inútil? Al fuego. ¿Con lo que tiene mal olor? Al fuego. ¿Con lo podrido? Al fuego. ¿Con la raza humana? Al fuego. Es lo que está diciendo Jesús. ¿Qué se hace con esta raza mal oliente para Dios? Al fuego. Jesús habla del fuego eterno.

El hermano con quien aprendí estas cosas dijo: “Pienso que Dios dejó a la persona más tierna y más amorosa la tarea de comunicar que esta raza está destinada al fuego”. Ese lugar de abajo no es el fuego. Veremos después, en Ap. 19, que el lago de fuego está vacío; fue creado para el diablo y sus ángeles, y los demás irán porque siguieron al diablo y a sus ángeles; entonces terminararán en el mismo lugar que ellos. El lago de fuego será inaugurado cuando Jesús venga, y venza al Anticristo y al Falso Profeta. Serán echados allí e inaugurarán ese lugar. Satanás quedará preso en el Seol. Hay un abismo en el que un ángel anónimo lo encierra. ¿Qué te parece? Cuando Dios tiene cosas para hacer, manda a Miguel, a Gabriel. Algunos son conocidos y tienen historia. Pero en el momento de apresar a Satanás, manda a un ángel, anónimo. ¡Este poderoso que está sobre las naciones ahora es apresado por un ángel desconocido!

De paso, hay una historia que Jesús cuenta sobre el rico y Lázaro. Lázaro mendigaba las migajas del rico, y al rico no le importaba. Pero los dos mueren. El rico va a un lugar de tormento. ¿Y Lázaro? Va al seno de Abraham. ¿Dónde están esos dos lugares? En el Hades, en la región inferior de la Tierra. Entre ellos hay una conversación: Abraham le dice al rico que no se puede pasar de un lugar a otro, porque entre ellos hay un abismo. Obviamente, el seno de Abraham era sin tormento; allí iban todos los santos del Antiguo Testamento. La palabra de Dios dice que Jesús descendió a ese lugar. ¿Para qué? Para probar la muerte en todos sus aspectos, como vemos en Heb. 2:9

“Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.”

Jesús tenía que pasar por todo lo que significa la muerte. Uno de los principales problemas de la muerte es la separación: el espíritu y alma se separan del cuerpo. No fuimos creados así, ni para ser ángeles. Fuimos creados para ser hombres: espíritu alma y cuerpo. La muerte causa la separación, y todo lo que eso significa: dolor, distancia de Dios y juicio. Jesús tenía que probarlo. No eran solamente los clavos, ni que murió, sino que tenía que gustar todo lo que se refiere a la muerte. ¡Gracias Señor!

Jesús también tenía que predicar a los espíritus (1Pe 3:19). Fue allí a predicar a los espíritus en prisión. Fue sin cuerpo para participar de un juicio, y en ese juicio fue declarado inocente y justo. Pablo le dijo a Timoteo que Él fue justificado en Espíritu. Eso significa que tuvo que ir abajo como culpable. En ese momento Satanás perdió todo, porque fue a acusarlo, pero no tenía ni un sólo pecado en su contra. Dios le había dado a Satanás autoridad sobre la muerte y la raza humana. Pero luego Jesús dice en Apocalipsis: “Yo tengo  las llaves de la muerte y del Infierno.” Satanás cometió un error, porque Jesús no había pecado. Dios dijo que la muerte era el salario del pecado, y Jesús no podía morir. Si Él hubiese podido morir, tendría que haber muerto en el huerto, donde sudó sangre, con una presión arterial altísima. Pero no murió en ese momento porque un justo no puede morir. ¿Por qué murió entonces en la cruz? Porque nuestros pecados fueron cargados en Él.

 

Me imagino que Satanás en el juicio se puso muy nervioso. Dios justificó a Jesús. Porque buscó en los libros, y encontró que desde su nacimiento hasta su muerte no tuvo un sólo pecado. Todo lo que hace Dios es justo, Él no hace nada que no considere perfectamente justo. En ese momento, Satanás perdió el poder de la muerte, porque mató a un justo, uno al que no tenía derecho de matar. ¿Qué más fue a hacer Jesús alli? Lo encontramos en Efesios 4:8.

 

“Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.”

 

Cuando Jesús subió a lo alto, llevó cautiva la cautividad. ¿Qué significa eso? Son los que estaban en el seno de Abraham, que no podían subir a la presencia de Dios, porque Jesús aún no había muerto. Pero ahora que su sangre es derramada, Jesús sube con todos ellos a un lugar en la presencia de Dios.

Hay una prueba muy fuerte en 2°Co.12:4. Dice que Pablo estuvo en el Paraíso. ¡El Paraíso está arriba, porque Pablo dice que fue arrebatado al tercer cielo! En Ap. 2:7, Jesús dice que al vencedor le dará del fruto del árbol de la vida que está en medio del Paraíso de Dios. Entonces el Paraíso está arriba. ¿Cómo sabemos que los justos que estaban abajo fueron llevados arriba? Por estos textos, y por lo que Jesús le dijo al ladrón de la cruz. “Tú estarás conmigo en el Paraíso.” ¿Cuándo? ¡Hoy! Pero Jesús tan sólo subió luego de 3 días. ¿Por qué le dijo así? Porque el Paraíso estaba abajo, era el seno de Abraham. Jesús llevó al ladrón al Hades ese día, y llevó a todo el Paraíso con Él al cielo.

 

Quiero corregir algo: Jesús fue el único en usar la expresión gehena para referirse a la eternidad sin Dios. Santiago también la usa, pero no en ese sentido. En el cap. 3:6 habla de la lengua, y dice que es inflamada por el infierno. Allí él usa la misma palabra que Jesús usó, gehena. Pero no habla del destino eterno, sino de que cada vez que cometemos un pecado con la boca, eso viene de la gehena. Cada vez estoy más impresionado con el tema de la lengua. Estudiando sobre la venida del Señor, y leyendo muchos textos del Anticristo, se me ocurrió predicar un sermón acerca de la lengua del Anticristo. Vi que él seducirá a la gente cuando haga política. Él hablará lisonjas, que es un elogio con una intención política. Y parece que él lo hará varias veces. Hay un texto donde se ve que usa la intriga, y blasfemias. Hay muchos pecados del Anticristo que se cometen con la boca. Necesitamos centuplicar los cuidados con nuestra lengua.

 

Apocalipsis dice que a ese lugar van todos los que no fueron hallados en el Libro de la Vida. Tenemos que ver cómo está este tema en las parábolas. ¿Por qué Jesús  habló del Destino Eterno en ellas? Hay otra cosa importante del hecho que Jesús fue el único que usó esa palabra, y es que solamente la usó hablando a los discípulos. Todas las veces que usa la palabra gehena, está hablando a los discípulos. Les está advirtiendo. Es como si dijera: “Los otros ya están allí, pero yo pagué un precio por ustedes, así que por favor cuídense para no ir también a ese lugar.” Qué diferente de la falsa garantía, de la falsa seguridad de no ir a ese lugar. Aquí dice que el siervo malo, después de que pensó que su Señor tardaba, como quejándose, comenzó a comportarse mal.

Yo pienso que las parábolas más lindas tendrían que haber sido las de las bodas. Deberían ser parábolas apoteósicas, pero las dos veces que Jesús habla de las bodas, termina la historia hablando de muerte eterna, condenación y crujir de dientes. Porque es la realidad. La realidad es que hay un infierno, que Dios está completamente enojado con la raza humana. La verdad es que fue infinito el amor de Dios, de venir a pagar Él mismo el precio de nuestra condenación. La verdad es que fue un trabajo duro. Él ve el fruto de la aflicción de su alma (Is. 53). Fue duro para Jesús. El está diciendo: Queridos, amados, tengo un compromiso con la justicia. No puedo ser injusto. Por eso vine para liberarlos del pecado. No solamente salvarte de la condenación, sino a libertarte.

 

Aquellos que llevamos más tiempo, nos damos cuenta de cuánto el Señor nos liberó. Todo por su gracia. Pero aquí da otra razón para perseverar. Es mirar que hay una eternidad. Después veremos los textos de la eternidad que nos alegran, pero pensé que sería saludable que pasáramos una noche pensando en el infierno. ¿Qué te parece? Nosotros no queremos pensar en esto. Pero nuestro amado Señor, casi en la última charla, nos viene con estas parábolas terribles. Habla del destino eterno, y dice que tenemos que pensar en él. A mi me gusta pensar en los dos aspectos. No estoy con los dos pies en lo más caliente, ni en la parte buena. Pero mi lectura de las Escrituras me hace ver que debemos pensar en tanto el cielo como en el infierno. No pienso mucho en el infierno, pero doy una mirada de vez en cuando. Ves el fuego y dices: ¡Jesús! Eso te ayuda. Él habló de estas cosas. Si a ustedes no le gusta mucho el tema, ¡reclámenle a Jesús!

 

Quería terminar diciendo que a veces pienso en la lógica del infierno. Pensamos en una criatura que pasa 3 trillones de años allí, y recién está empezando. Y al mismo tiempo pensar en un Dios amoroso, la lógica humana a veces lo ve un poco incoherente. Lo aceptamos teológicamente, pero la lógica falla un poco. Le dije a Dios: “Creo que es justo, pero no lo entiendo”. Pero después empecé a encontrarle lógica. ¿Saben qué es el infierno? Es la ausencia total y absoluta de Dios. Dios hace nacer el Sol sobre justos e injustos. Mira lo que Pablo dijo cuando estuvo en Atenas: “En Él nos movemos, y somos, como uno de sus poetas han dicho”. Entonces, este Universo está lleno de Dios. Por todos lados. En Hebreos dice que Él sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Esto significa una presencia muy grande de Dios.

Los injustos todos los días reciben el beneficio de la presencia de Dios. Un injusto que le pega a la mujer, impuro, blasfemo, se va a dormir. Y cuando despierta va al refrigerador y saca una banana. ¡Imagínate, una banana! Hay más gloria en una banana que en toda la tecnología humana. Yo medité en este tema, y encontré que toda la Tierra está llena de su gloria. No del conocimiento, pero sí de la gloria. La promesa para el futuro es que toda la Tierra estará llena también del conocimiento. La gloria está. Yo comencé a tener problemas de salud. Entonces pensé la cantidad de cosas en mi cuerpo que funcionan; hay 2 o 3 que no funcionan bien. Pensé que si 2 cosas te fallan, hay 300 millones que funcionan bien, por causa de la gloria de Dios. ¿Por qué no sientes un dolor ahora? Dicen los médicos que hay cosas en el organismo que alivian el dolor. Dormimos porque se segrega una hormona que funciona en tu cabeza y en todas las criaturas de este mundo. ¿Por qué? Por la gloria de Dios, que está en cada átomo y célula que funciona. Y a pesar de todo eso, algunos dicen: No quiero, no quiero, no quiero. Entonces Dios preparó un lugar donde no hay nada de Él allí. Imagínate una persona recibiendo un cuerpo y resucitando. Como dice en Apocalipsis: la resurrección de los injustos. Recibiendo un cuerpo que no funciona, porque no tiene la gloria de Dios. No habrá ni una hormona para ayudarme a sentirme bien, todo me será quitado. Eso es el infierno: la máxima, total y absoluta ausencia de Dios.

 

En las tinieblas no se ve nada. No se podrá ver nada. Sed insaciable por toda la eternidad. Crujir de dientes. ¿Qué más? Gusanos. Y Jesús aclaró que esos gusanos no se mueren. ¡Jesús! ¿Por qué nos dices algo tan terrible?

 

Aplicación práctica: :

 

1.- Dar gracias al Señor, que nos ha librado de tan gran muerte.

2.-  Los que entiendan esto, van a buscar aún más vivir en Cristo, para no ser descalificados. Pablo dice que él golpeaba su cuerpo y lo ponía en servidumbre, no fuera a ser que terminara descalificado.

¡Pablo! ¿Después de todo lo que sufriste? Recién después de acabar toda su carrera dice que ya está listo: “…acabé mi carrera, guardé la fe.”

3.- En esto yo creo que necesitamos pedir a Dios una nueva revolución: Predicar el Evangelio. Al mirar a la gente que se pierde, y tener mi corazón en Jesús, debe ser automático predicar. Debería ser automático. Pienso que Dios está por hacer una gran revolución en su Casa, entre nosotros, El nos está haciendo volver con mucha fuerza a su Palabra.

¡Gracias, Señor! Gracias te damos porque nos has comprado y nos has rescatado. Queremos aprender la santificación, y te suplicamos que nos enseñes a ser como las cinco vírgenes prudentes. Te pedimos, Señor, que pongas en tu iglesia un fuego nuevo para predicar el Evangelio a tantos que están fuera de esta gracia y bendición. Te suplicamos que sigas oyendo nuestras oraciones. Queremos poner nuestros ojos donde está Cristo, a la derecha de Dios. ¡Gracias!

 

 

LA ESPERANZA GLORIOSA

Traducción y transcripción: Luciano Puebla

 

“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.”  (Col. 3:1-4)

Cuando buscamos en la Biblia acerca del infierno, del Hades, vemos que allí habrá crujir de dientes, mucha sed, y oscuridad total. Pero cuando nos detenemos en este versículo, leemos ¨buscad las cosas de arriba¨. ¿Qué son las cosas de arriba? El pasaje lo aclara de manera muy sencilla: “donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”. Aquí está citando otra vez el Salmo 110, el más citado en el Nuevo Testamento. Y cuando dice ¨Poned la mira en las cosas de arriba”, subraya que es el lugar donde Cristo está sentado. Me dan ganas de preguntar: “- Sí, Pablo, ¿pero qué más hay allá arriba? ¿Cómo miro hacia arriba? No sé cómo es ese lugar. ¿Hay algo más?”

Leamos:

“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.

Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito:


 Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman.

Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.”  (1° Cor. 2:6-10)

¡Amén! Gran parte de nuestra percepción de la vida es a través del ojo; aún no sabemos cuántos colores es capaz de percibir. También me gusta mucho la música, la buena música. Los que se casan quieren oír a su cónyuge decir: te amo. Hay muchas cosas que suben del corazón del hombre. Pero leímos que lo que está preparado, ningún ojo vio, ni oído oyó,  ni ha subido en el corazón del hombre. Es lo que Dios ha preparado para los que le aman. Muchas veces me parece que el versículo 10 casi que deja sin efecto lo que dice antes. Porque dice que Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu. Yo creo que todo lo que Pablo está diciendo sobre lo que Dios ha preparado, ya lo tenemos revelado. Puede estar hablando sobre la sabiduría, tema que venía desarrollando en el vers. 7. La sabiduría oculta de Dios, la cual nos reveló primero enviando a su Hijo, después dando la gracia del Espíritu para tener fe en Jesucristo. La pregunta que podríamos hacer es: ¿Está todo revelado? Yo pienso que no.

Leamos:

“Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor.

Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.

Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe),

que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar.”  (2° Cor. 12:1-4)

Quizás sea necesario explicar por qué Pablo está hablando en tercera persona, como si fuera otro. Es una constante en sus cartas. No le gustaba hablar de sí mismo; y al momento de tener que autorreferenciarse, no tuvo el coraje de decir: Yo estuve ahí. Porque para Pablo como siempre, Jesucristo era el mensaje total y único. Por ejemplo, en el vers. 11 él se arrepiente de hacerlo, y dice: “Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello¨. La gente aquí estaba dando oído a otros, y Pablo, como padre cuyo deseo era que sus hijos anduvieran bien y no fueran confundidos, se sintió en la obligación de defender su apostolado con los corintios. Él temía que ellos de alguna manera perdieran algo, o se perdieran. Lo vemos también en la carta a los gálatas, donde confiesa que temía haberse esforzado en vano en relación a ellos. Ese era su temor.

¿Pero que dice él en el pasaje? Cuando fue al Paraíso, oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. En la traducción al portugués dice, “no le es lícito, no le es permitido”. Le fue prohibido a Pablo decir todo lo que oyó allí. Entonces, si cuando le oímos hablar de Cristo, estamos felices, ¡imagínense cómo sería oír del propio Cristo esas palabras inefables!

Podemos ver algo más en cuanto a este futuro, en cuanto al cielo, en Apocalipsis 2. Una lectura sobre las promesas futuras. Hay siete cartas a siete iglesias, y para cada una hay una promesa al vencedor. Alguna de ellas más, otras menos, pero hacen alusión a las cosas de arriba. Leamos estas promesas.

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.” (Ap. 2:7)

Esta es una promesa. En el medio del paraíso está el árbol de la vida. Esto me parece una expresión simbólica de la  misma persona de Jesús. Que si hoy es nuestra comida, nuestro pan, mucho más lo será en el futuro.

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.” (Ap. 2:11)

¿Realmente piensas que sería agradable morir hoy? En esta vida tenemos algo seguro: la muerte. A menos que venga Cristo. Solo así no tendríamos muerte. Pero en la segunda muerte hay garantía de que nunca más tendremos que pensar en ella. Los que están allí nunca volverán a pensar en morir. ¿Te gustaría asegurarte un lugar en donde no habrá más muerte?

“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana.” (Ap. 2:26-29)

Esta es una promesa que habla del futuro, pero no habla mucho del cielo, sino de un reflejo del Reino en la Tierra.

“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” (Ap. 3:5)

Bienaventurados los que lavaron sus vestiduras en la sangre del Cordero, porque tendrán derecho al libro de la vida.

“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.” (Ap. 3:12)

¿Qué es ser columna en el templo de Dios? No tengo la más mínima idea. Pero veo en esta promesa que se va a escribir sobre mí el nombre de mi Dios, y también va a ser escrito el nombre de la nueva Jerusalén. ¡Esto es algo que yo quiero con toda mi alma!

“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” (Ap. 3:21)

Él está en el trono, y quiere que recordemos, al verlo sentado allí, que fuimos llamados para ser vencedores y estar sentados en el trono con Él. ¿Qué te parece?

Mi preferido:

“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”  (Ap. 2:17)

No sé cómo me llamarán cuando estemos allí. Quizás me llamen Marcos, pero yo creo que voy a tener un nombre que solo Dios y yo vamos a conocer. Me va a dar una piedrita y me dirá: “Tú no eres uno en la multitud: tú eres mi hijo. Yo te conozco, y tú me conoces”.  Delante de Él vamos a tener comunión por toda la eternidad. Y si en algún momento estamos charlando, y ven que me aparto, es porque mi Papá me llamó por un nombre que nunca ustedes conocerán. ¿No te gustaría tener un nombre así? ¡Que cosa increíble!

Hemos estado revisando las promesas, pero lo siguiente nos ayudará a comprender sobre nuestro Hogar.

“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.”  (2° Pedro 3:13)

Allí arriba donde está Dios, no hay ni puede haber ninguna injusticia; Él va a crear nuevo cielo y nueva tierra, y todo estará cubierto de justicia.

“…porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.”  (Ap. 7:17)

¡Aleluya! ¡Qué contraste con lo que leímos antes sobre el lugar del crujir de dientes! Aquí nos encontramos con un lugar donde no hay lágrimas ¡Ninguna lágrima! ¡Qué contraste, hermanos! Lo mismo pueden encontrar en Apocalipsis 21:4.

Ahora, leamos 1° Juan 3:2

“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.”

Somos hijos de Dios, y aunque no sabemos lo que hemos de ser, sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él. Piensen en esta figura: esta persona llamada Jesús que estaba en Galilea. Estamos todos orando, ayunando y animándonos unos a otros, corrigiéndonos, leyéndonos la Palabra, buscando ser semejantes al Jesús de Galilea. Yo no creo que él haya sido un hombre de buen aspecto, no me parece. Isaías dice que no hallaron hermosura en él, que no era muy hermoso. Pero la gente se arrimaba cuando le oía y miraba a sus ojos. ¡Si pudiésemos ser hoy como él fue! Pero la promesa es mucho más. No vamos a ser como él fue, ¡vamos a ser como él es! Infinitamente mucho más que los ángeles, no hay cómo medir. El propio Creador compartiendo su naturaleza a sus hijos, haciéndonos copartícipes de la naturaleza divina. ¿Cómo sucederá esto? Leamos en 1°Corintios lo que dice sobre esta hora.

“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.”  (1° Cor. 15:51-57)

¡Aleluya! ¿Quieres participar de esto? Es la promesa a los hijos de Dios. Ahora somos hijos de Dios, pero aún no sabemos lo que hemos de ser. Seremos semejantes a Él. Todo va a suceder como está escrito.

En Mateo 25 hay dos promesas de Jesús.

“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.”  (Mat.25:34)

¿Pensaste en que tenemos un reino por heredar? Hay un reino presente y un reino futuro. En el presente nosotros venimos a Dios y pertenecemos al reino. Pero aquí nos promete que será otra cosa. Cuando esto suceda, el reino va a pertenecernos a todos los vencedores. Es esta la promesa:“heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”.

“Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”  (Mat. 25:23)

Hoy no puedo imaginarme cómo es el gozo de Dios. Tenemos nuestro gozo en Cristo, ¡pero aquí se nos promete el gozo de Dios! ¡El gozo de tu Señor! Yo no puedo imaginar una persona más feliz que Dios. Me imagino que la felicidad, el gozo de Dios, es una cosa infinita. A veces me permito pensar: ¿qué hacia Dios antes de la fundación del mundo? Se gozaba en su propia grandeza y gloria. Siempre tres personas; un gozo, una alegría. Y de repente  decide que la mucha alegría puede crecer: “Somos solamente tres, ¿por qué no tenemos una familia inmensa para que muchos  participen de nuestra alegría y gozo?” Es así que me imagino a Dios: no puedo pensar algo menor.

Estuvimos leyendo una serie de textos que nos hablan del futuro y del cielo, que tenemos que mirar. El centro de todo es que Jesús está a la derecha del  Padre, es lo principal; este Mesías, el Libertador que la tierra quiere, necesita y pide. Ya vino, e hizo una parte de  la obra. Pero se fue, y fue recibido en la gloria. Esta es nuestra fe, que Él fue justificado en espíritu y recibido en gloria. Esto es lo que tenemos que mirar: que nuestro amado Señor está allí sentado en ese trono, y hace todo para que comprendamos que él quiere que estemos allí con él.

La pregunta que me haría antes de seguir leyendo es: ¿Qué nos puede impedir hacer lo que Pablo dijo: “mirad las cosas de arriba, donde Cristo está sentado”? ¿Hay algo que puede impedirnos mirar a Cristo? Sí, nuestros propios ojos. En Lucas 21 creo que está la más seria advertencia que se aplica a los días de hoy, aunque también a toda la historia humana.

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.”  (Luc. 21:34-35)

Cuando en este versículo leemos las palabras glotonería y embriaguez, quizás automáticamente pensemos: “Esto no tiene nada que ver conmigo, yo no soy glotón ni borracho. No es para mí”. Con la traducción en portugués es aún peor, porque está traducido como orgía. Estudiando con mi padre, llegamos a la conclusión de que se refiere a la vida de alguien que está preocupado por comer y beber, por las cosas terrenales. El centro de lo que Jesús dice aquí es “los afanes de esta vida.” El otro día hablaba del matrimonio, y decía que Pablo pone a los solteros como superiores. Hoy hablaba con Dany Baker y concordaba en todo lo que él decía: hay jóvenes solteros que están solamente preocupados en esta vida por el futuro terreno, por la cuenta bancaria, etc. Estos jóvenes no tienen nada que ver con lo que Pablo dice. Estoy totalmente de acuerdo. Nunca en la  historia de la raza humana se dio tanta oportunidad a tantos para tener y tener más, y pensar en cómo tener más y buscar más. Nunca en la historia humana. Me parece que cuando Jesús dice estas cosas, está pensando en toda la historia, pero principalmente en nuestros días. ¿Dónde está nuestro corazón? Jesús fue muy claro: no podemos, es imposible tener el corazón en dos lugares al mismo tiempo. Es imposible que lo contemplemos deseando su vida si estamos pensando aquí en la tierra, luchando por lo de abajo. Nuestra mente, nuestro corazón está ocupado, ocupado, ocupado.

El último texto que quiero leer con ustedes está en Lucas 12:

“Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles.”                                                                                    (Luc. 12:35-37)

Estar ceñido es diferente de estar vestido. En aquel tiempo era común que el soldado, al preparase para la batalla, antes de ponerse la coraza, tenía que colocarse un cinto alrededor de su tronco para estar rígido en batalla, para estar ceñido. Yo estuve un tiempo en el ejército. A veces tenía que ir al campo para hacer entrenamiento militar, y debiamos dormir vestidos porque estábamos aprendiendo cómo sería en la guerra. En la guerra el soldado no se saca la ropa ni los borceguíes: hay que dormir vestido porque no se sabe en qué momento empieza la batalla otra vez. El enemigo está allí; ese es el sentido de este texto. Lo busqué en otras traducciones y dice: “estén vestidos para la acción”, “estén prontos para el servicio¨. Aquí dice “estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas.” La lámpara tiene que ver con ser luz todo el tiempo.

La pregunta del Señor a cada uno de nosotros hoy es: ¿Somos semejantes a hombres que aguardan a que su Señor regrese? ¿Es esta nuestra vida, nuestra realidad hoy? El sentido de todo es estar listo. ¡Momentito Señor, tengo que arreglarme!.. Aguarda que su Señor regrese de  las bodas para que cuando llame, le abran enseguida. Tocó la puerta. No es hora de despertar o estar durmiendo, y cuando el Señor llegue decir: “-¿Quién está en la puerta?” ¡No, no, no! Que cuando llegue y llame, le abren enseguida. Bienaventurados a los cuales su Señor, cuando venga, halle velando. ¡Bienaventurados los siervos que cuando venga el Señor los encuentre de esa manera!

Y esto es lo más incomprensible de todo: ¨de cierto os digo que  se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles¨. Él es el novio, el dueño de la fiesta, el que pagó por la vestimenta que vamos a usar con su sangre, nos invita a comer con Él. Cuando amas a una persona, te sientes bien si te invita a cenar, te sientes honrado. El Señor nos llama para ser su Novia, nos viste, nos llama para cenar con Él, ¡y de repente se levanta y es el mozo de la fiesta!  Nunca vamos a terminar de maravillarnos con nuestro Señor Jesús.

Hay un llamado del Señor: nos llama al mismo tiempo al amor y al temor, al cuidado y a la alegría, a disfrutar de su gracia y a reconocer nuestro pecado y maldad, todo el tiempo.

 

Oración:

Señor, sabemos que vivimos días próximos a todo lo que estamos leyendo. Sabemos que necesitamos entender mejor. Estamos aquí por eso: porque queremos conocerte mejor. Bendito es tu Nombre. Te damos gracias, te damos gracias, te damos gracias. Tú eres bendito. Te damos gracias, te damos gracias, ¡no nos cansamos de dar gracias! No hay palabras, no hay palabras, no alcanzan las palabras. Solamente te pedimos que pongas colirio en nuestros ojos, queremos lavar nuestras ropas. Queremos estar ricos con tu oro, no con el oro terrenal. Tu oro, tu justicia, tu verdad, tu santidad, tu gozo. ¡Bendito es tu Nombre! Amén.

 


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