Israel y Los Tiempos De Fin, Marcos Moraes
Primera parte del tercer mensaje de Marcos Moraes en el retiro de jóvenes en Kiam Te 2017, Cacheuta, Provincia de Mendoza. La segunda parte de este mensaje se titula “Vestidos Para las Bodas”. Es parte de una serie sobre la segunda venida de Cristo.
Traducción y transcripción: Sofía Leegstra
Introducción
El presente tema comienza con la lectura de Mateo 23:37. Veremos si hay algo que diga Jesús aquí sobre el futuro, de lo que está por venir. Los pasajes anteriores a Mateo 23 (caps. 21 al 23) nos muestran la última invectiva de Jesús con los sacerdotes, fariseos, saduceos (Jesús habló fuerte con ellos), y el pueblo que lo recibió, y que esperaba que fuera el Mesías.
Cambio de Paradigma
Quiero contarles una historia: Como ustedes saben, los primeros que se hicieron famosos por fabricar relojes fueron los suizos. Hace muchos años, cuando se hablaba de relojes, se hablaba de los suizos, porque ellos tuvieron por mucho tiempo la mejor tecnología; llegaron a tener el 95% del mercado internacional. Un día (no sé bien en qué fecha) estos hombres se reunieron en un congreso de fabricantes para hablar de los últimos descubrimientos para mejorar sus relojes. En eso apareció un japonés que quiso aportar una idea; alguien vio que levantó la mano, lo escuchó y lo miró como cosa rara, y le dijo: “¿Qué japonés entiende de relojes? Nosotros somos suizos, ¿y viene un japonés como tú para decirnos cómo es un reloj?” En síntesis, los suizos no quisieron escuchar al japonés, que era el dueño de Seiko. Hoy, Seiko es la marca de relojes más vendida de los últimos tiempos. Ahora los relojes suizos no llegan ni al 5% del mercado. El dueño de Seiko había querido decir en el congreso algo sobre el cuarzo, que iba a funcionar mejor de otra manera, pero no lo escucharon. Esto nos muestra claramente cómo funciona nuestra mente. Funciona en base a paradigmas. Un paradigma es un modelo en nuestra mente, que cuando viene una idea que pueda amenazarlo, lo rechazamos.
Hay otra historia, que no es verdadera, pero sí interesante para entender los paradigmas: Una vez iba un hombre manejando su auto, y al llegar a una curva vino otro que frenó de golpe; el del primer auto le dice “-¡Loco, loco!” Pero cuando el del otro auto pasa, le grita: “-¡Cerdo!” Él le contesta: “-¡El cerdo sos vos!” Y cuando pasó la curva, mató al cerdo. ¿Qué pasó? Tenemos que entender lo que está detrás de la historia. Uno pensaría: “Me está agrediendo”. Cuando le grito ¡Cerdo! nunca pensó que le estaba avisando que había un cerdo tras la curva; se enojó y atropelló al cerdo. Todos somos así.
Ya empecé a decir algunas cosas, y voy a decir otras que quizás no todos estén muy de acuerdo; pero nadie está obligado a firmar nada o a decir: Estoy de acuerdo. Quiero traerles un desafío: por ejemplo, si yo empiezo a decir cosas que alguno no está de acuerdo, hable con los mayores principalmente, después comience a estudiar el tema con su Biblia, y pruébeme que estoy equivocado. Sería una maravilla para mí que despertemos hambre, porque el tema está y no se lo puede encubrir más. El tema tiene sus problemas, ya que quizás podamos decir cosas que después haya que ajustarlas, pero lo importante es que tenemos que ir avanzando.
Dos pueblos: Israel y la Iglesia
Ahora volvemos los ojos a nuestro Maestro. En Mateo 23, después de todo el desagrado que mostró con los religiosos, ahora lo vemos en la intimidad de su corazón, de sus sentimientos. Jesús comienza a profetizar a los dos pueblos, la Iglesia e Israel; queremos saber qué dijo. Anteriormente vimos sobre el pueblo del cual estaba siendo quitado el Reino, y el otro pueblo, que estaba recibiendo el Reino. Comenzaremos con Israel, aunque lo que más queremos saber es con respecto a la Iglesia, porque nosotros no somos hebreos. Veamos Mt. 23:37
“Entonces dijo Jesús: Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, pero no quisiste!”
Con respecto a este versículo, un hermano me decía que no entendía la insistencia de Dios con Israel; pero necesitamos entenderla, porque es la misma insistencia que usa con nosotros. Este es el corazón del Padre, es el corazón de Jesús. Es nuestra tarea comprenderlo, conocer al Señor. Hay un misterio muy grande en el Señor que quizás nunca lleguemos a comprender: el misterio de su ira y de su misericordia. Toda la Palabra nos revela su ira y su misericordia. Su misericordia nos trae descanso, y su ira nos trae temor. Jesús hablaba de los dos elementos. Yo creo que nadie nunca dijo nada tan serio como Jesús. Aquí vemos que Dios estaba diciendo: -¡Basta! Terminemos con Israel; pasemos este reino a otro pueblo! Pero el sentir, el lamento en el corazón de Jesús seguía; el Padre es siempre así.
Jesús termina de exponer su propio corazón y comienza a profetizar. En los vers. 38-39 hay dos profecías, cada versículo es una profecía: “He aquí vuestra casa os es dejada desierta”. En esta versión está en el presente, en el portugués dice:“será dejada desierta”, “será hecha desierta”. Yo creo que esto también es una mención a la destrucción total de la ciudad de Jerusalén, cuando entraron los ejércitos romanos bajo el general Tito en el año 70, más o menos 37o 38 años después de la profecía de Jesús. Pero sigue diciendo algo más, y vamos a buscar entenderlo: “porque os digo que desde ahora no me veréis”; “desde ahora”, es interesante observar que de aquí en adelante en el libro de Mateo no aparece más ninguna charla de Jesús con Israel como nación. Todo lo que él habla de aquí en adelante es solamente a la Iglesia, toda su predicación será a la Iglesia. Es muy importante entender esto, no confundirnos, porque en Mateo 24 parece haber una mezcla, que habla con la Iglesia y con Israel. En Mateo 24, Jesús está hablando a los discípulos y siempre se dirige a la segunda persona del plural:”vosotros”. Él está hablando con ellos (este es un punto importante). Jesús aquí está diciendo:” -Yo les avisé, yo les dije que iba a quitar el reino de ustedes y lo iba a pasar a otro pueblo, así que de aquí en adelante no hablo más con ustedes.”
Mateo 24 y 25 está dirigido a nosotros, pero en Mt 23:37-38 Jesús dice: “…desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Jesús aquí profetiza del futuro, porque dice “de acá en adelante no me veréis más hasta el día que vosotros mismos (está hablando a Jerusalén) digáis: Bendito el que viene en el nombre de Señor”. A estos profetiza que no le verán más. En esta profecía habría dos opciones:
1) Jesús podría estar hablando aquí de los mismos judíos que después se iban a convertir, o sea que cada judío en Jerusalén o en otras ciudades se iría a convertir al Señor; ellos estarían en sus corazones diciendo: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Esta sería una interpretación aceptable.
2) Israel como nación (él está hablando a la ciudad capital que representa la nación) llegará un día en que va a decir: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Son las dos únicas opciones, no encuentro otra.
Quiero mostrarles en otras porciones de la Escritura por qué creo muy firmemente que la segunda opción es la que aquí se aplica. No creo que esté hablando de la conversión de cada israelita. Creo que está hablando de un día en el que la nación de Israel se arrepentirá y recibirá a Cristo como su Mesías. ¿Por qué creo esto? Comencemos leyendo Romanos 11:25 en adelante:
“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito:
Vendrá de Sion el Libertador,
Que apartará de Jacob la impiedad.
Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados.”
¿Qué te parece? ¿Que está diciendo Pablo? Yo busque separar todo lo que leímos aquí en puntos pequeños. Hago 9 preguntas al texto y las respuestas están en el mismo texto:
1-¿Cuál es el tema de Pablo? Un misterio.
Cuando la Biblia habla de misterio no significa algo que nadie lo sabe, sino algo que estaba escondido en Dios, pero Dios lo reveló. Todas las veces que Pablo habla del misterio, con excepción de ésta, se refiere a la Iglesia. La Iglesia era un misterio para los judíos, los profetas no entendían, pero la Iglesia fue mostrada de tal forma en la revelación de Pablo, que él la llamaba misterio.
¿Cuál era el misterio? ¿Por qué era un misterio? -Porque los judíos no entendían qué era la Iglesia. Pero aquí Pablo habla justo al revés: aquello que en determinado momento era un misterio para la Iglesia y por los problemas que surgieron en Roma, Pablo dice: -Hermanos, hay un misterio que ustedes tienen que conocer. ¿A quiénes se refiere con”Ustedes”? -la Iglesia. El misterio de la Iglesia estaba escondido para los judíos; pero no podemos permitir que el misterio de Israel esté escondido para nosotros, porque Dios nos dio a Pablo para que nos enseñe.
2- ¿Cuál es la razón para hablar de este misterio? Que la Iglesia no sea arrogante, el texto lo dice: “para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos”
3- ¿A quién se refiere?: “que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte”; entonces se refiere a Israel. Este es un misterio para que la Iglesia no sea arrogante y comprenda el misterio de Israel.
4- ¿Qué pasará? -Será salvo ¿Quién? -Israel, toda la nación será salva: “y luego todo Israel será salvo”.
5- ¿Cuándo? -Cuando entre la plenitud de los gentiles. Pregunto: ¿ya ha entrado la plenitud de los gentiles? Hay muchas profecías que dicen que esto está por venir. Entonces la salvación de Israel será en el futuro. Cuando se complete todo lo que Dios tiene que hacer con la Iglesia, ahí llega la plenitud de los gentiles. Cuando Dios diga: “Bueno, ya hice todo lo que quería hacer con la Iglesia; ahora vuelvo a tratar con Israel.”
6- ¿Quién lo hará? ¿Quién va a traer esta salvación? “Vendrá de Sion el Libertador” ¿Quién es el Libertador? El Mesías, el Libertador que vino y ellos no reconocieron. Un día la nación entera va a reconocer que él es el Mesías. Hay una profecía que dice: “y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito”. Zac. 12:10. Por un momento ellos van a ver a Cristo: “Ustedes no me verán más hasta que digan: Bendito el que viene”. Jesús aquí está diciendo: “Ustedes no me recibieron pero un día me van a recibir. Ahora no me van a ver más porque voy a tratar con otro pueblo.”
7- ¿Qué hará Jesús? “…apartará de Jacob la iniquidad”.
Esto es muy interesante, porque cuando vemos los textos del Nuevo Testamento que hablan de Israel, pensamos que se refieren al Israel espiritual. Pero hay textos que no hablan de Israel sino de Jacob; nunca en ninguna parte del N.T. la Iglesia es llamada Jacob. Podemos encontrarla como el Israel espiritual, pero como Jacob espiritual, no. ¿Quién es Jacob? Jacob es la nación de Israel, y para que no nos confundamos dice: “apartará de Jacob la iniquidad”. Israel se va a convertir como nación entera en un determinado momento, y ahí todos serán salvos, porque van a creer en nuestro Señor Jesucristo.
8- ¿Por qué hará Dios esto? Porque Dios es fiel. Allí está escrito: “Y este será mi pacto con ellos”.
En el A.T. hay muchas profecías, promesas para Israel que aun no se cumplieron (hablan de la conversión de la nación), pero ahora vemos esta profecía de Pablo en el N.T., que se va a cumplir, porque Él es fiel.
9- ¿Qué promesas? Son las promesas que hizo a los patriarcas, a los padres. V. 28: “Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres”. ¿Quiénes son los padres? Abraham, Isaac, Jacob, los 12 hijos de Jacob.
- 29: “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. Este es el motivo final. Podemos encontrar algo semejante en el N.T. Vamos a leer Hechos 1:6-8:
“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? (Jesús estaba hablando en los vers. 4 y 5 del Espíritu Santo que iba a venir) “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”.
Este era el tema de la charla, y cuando Jesús decía esto, los que estaban reunidos le preguntaron: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y él les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Vamos a examinar esta pregunta con atención. Si Jesús entrara hoy aquí y pudiéramos hacerle preguntas, ¿le preguntaríamos lo mismo que los discípulos? No, no lo haríamos. Pero ¿por qué los discípulos sí?
-Porque había 5 cosas que ellos pensaban:
1°) Israel había sido un reino.
2°) Israel había perdido el reino.
3°) El reino iba a ser restaurado a Israel.
4°) Jesús tenía el poder para hacerlo, ellos confiaban en eso.
5°) Jesús lo haría. Ellos no tienen ninguna duda. La única duda es cuándo será. ¿Sería en ese momento o no?
¿Cuál es la reacción de Jesús en el texto que leímos?
1°) La curiosidad de ellos no iba a ser satisfecha.
2°) No hay ninguna reprobación por parte de Jesús a las ideas de ellos. Jesús no les dice: -¿Qué locura me están preguntando?
Para explicar esto, voy a usar una ilustración: Imaginen que le pregunto a Daniel si le dejó de pegar a su esposa, y él me contesta que no me va a satisfacer la curiosidad. Si no es verdad lo que le estoy preguntando, si la pregunta no tiene ningún fundamento, Daniel tiene que reaccionar en el mismo momento y decirme que estoy loco, ¡cómo le voy a preguntar eso! Si fuera una locura la pregunta de los discípulos, Jesús reaccionaría y les diría: -¿De qué están hablando? Pero Jesús no reprueba sus ideas.
3°) No hay ninguna desmentida en cuanto a estas cuestiones.
4°) Jesús permite que ellos mantengan la esperanza de que el reino va a ser restaurado a la nación de Israel. No olvidemos que la Iglesia ya estaba en este momento. En Mateo 23 aún no, pero en Hechos 1 ya estaba, y ellos están preguntando sobre Israel.
Pero decir: “no os toca a vosotros saber los tiempos y sazones” no es lo mismo que decir “nunca”. Jesús les dice a su discípulos que a ellos no les toca saber los tiempos y sazones, pero no les dice que nunca ocurriría. ¿Cuántos están felices de que Israel como nación se va a rendir al Señor Jesucristo? ¡Llegará un día en que ocurrirá! Me parece que en Hechos 3 Pedro tiene alguna respuesta de cuándo sucederá, que en ese momento no la tenía.
Aquí termina la primera parte de este mensaje, que continúa con el tema: “Vestidos Para las Bodas”.